Baibai, muñeca

T repidó la calle mora con hartazgos tunecinos y un calambrazo sacudió todo el internet escrito en caligrafía árabe, esa que aquí no entiende ni dios, pero que es ideal de la muerte para que se la tatúen en un brazo o en el chocho nuestras doncellas, empezando por las del Tributo.

Voló Al Jazira por las teles del mundo islámico y esas imágenes fueron chispa incendiaria... Egipto ensayó la insumisión y el Yemen la algarada... están hasta el turbante de lo que tienen que ver y aguantar... Gadaffi aprieta esfínteres, Mohamed VI se palpa la cartera y Mubarak pidió una pirámide para encastillarse... pero, antes, apagó internet y los móviles por si las moscas llevaban mensaje... te lo dije, internet se puede apagar... y filtrar, podar o contaminar... lo parece, pero no es el arma letal del pueblo ni la garantía final de la democracia, no te lo creas tanto... internet es una autopista y las autopistas tienen dueño... cabréalo y verás... Mubarak lo apagó por la cara... y por el culo nos lo apagará un día algún parlamento occidental en cuanto se declare por seguridad nacional un estado de emergencia o excepción, una amenaza terrorista o una tormenta solar... mira el internet chino, no se conecta a un enchufe, sino a unas tijeras... hasta el filtrador Wikileaks puede acabar olvidado o en una higuera.

Un tercio de la humanidad (dos mil millones de gentes) ya está conectado a internet, así que puede decirse que si descontamos la población vieja, la crianza, los países míseros y los analfabetos, estamos todos ahí, en el mismo sistema nervioso y cerebral con que late este planeta a cada instante... estornudamos a la vez... qué peligro.

Dice Nicholas Carr, una de las voces más autorizadas en esto de la sociedad digital (presentó el lunes su libro «Superficiales»), que « se está erosionando la capacidad de controlar nuestros pensamientos y de pensar de forma autónoma ». Las olas de opinión dirigida serán sunamis arrolladores en internet. No hay tiempo de capitular, parar o dudar. Lo breve, lo rápido y lo atractivo imponen su dictadura. Cambiarán muchas cosas. Habrá pensamiento común. Hasta las relaciones personales serán efímeras... los polvos, breves... y la despedida, la misma, baibai, muñeca .