Diario de León

LEONESES POR EL MUNDO. POLONIA | Sergio Aller Fernández. desarrollo de iberdrola generación en polonia

«Polonia vive un auge económico»

Emigró con 18 años para estudiar Ingeniería Industrial en Madrid. Hizo prácticas en Polonia y estudió un máster de energía nuclear en Alemania. Ahora trabaja en Varsovia para Iberdrola.

Sergio Aller Fernández, en la plaza de la Ciudad Vieja, al lado de la estatua de la sirena de Varsovia.

Sergio Aller Fernández, en la plaza de la Ciudad Vieja, al lado de la estatua de la sirena de Varsovia.

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sergio c. anuncibay | león
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Sergio Aller Fernández siempre tuvo muy claro que su lugar estaba en el extranjero. Emigró joven. Primero a Madrid, cuando sólo tenía 18 años. Allí estudió Ingeniería Industrial. Desde la capital de España dio el salto a Croacia, dónde realizó unas prácticas. Después voló hasta Alemania para hacer un postgrado en energía nuclear y aprender el idioma.

Cuando terminó, regresó a España. Encontró trabajo en Bosch. Y ocho meses más tarde llegó a Iberdrola. Fue esta empresa la que le envió a Polonia, concretamente a Varsovia. Lleva allí dos años. «Desde el principio siempre tuve el objetivo de pasar tiempo en el extranjero», relata este leonés de 31 años, independiente desde hace ya un par de lustros y con un empleo de calidad, de esos que escasean en una España asfixiada por la debacle económica. «Desarrollo el negocio en Polonia de Iberdrola Generación, principalmente la venta de energía a nivel mayorista. Desde aquí lo hemos lanzado a otros países como La República Checa. También participamos en grupos de presión para el desarrollo de la actividad de trading en Europa del Este y, por supuesto, intentamos llevar la buena imagen de nuestra empresa a estos países», relata.

Está a gusto, sorprendido, incluso, por el carácter de los polacos, «muy hospitalarios y muy buena gente», comenta Sergio Aller, quien encuadra a este país de Europa central en un nivel de desarrollo similar al registrado en España por los años noventa. «Lo que más me gusta es el dinamismo que hay en el país. Les encanta hacer planes y todos los fines de semana hay algo previsto. Parece que quieren andar todo lo que no pudieron disfrutar durante la época comunista», considera.

Pero no todo son luces, también hay alguna sombra, más allá de las gélidas temperaturas que empujan al mercurio hasta los -20º centígrados. «El invierno es muy duro y se nota mucho en el estado de ánimo, pero lo que menos me gusta es la poca iniciativa que tiene la gente en el terreno laboral, la lentitud de los procesos y la burocracia», lamenta.

Tampoco existen unas infraestructuras muy desarrolladas, pese al «momento de auge económico que vive el país. Por eso es más fácil encontrar aquí trabajo», explica este emigrante leonés, quien, aunque está contento, piensa ya en volver: «Creo que el próximo año estaré de nuevo en España», afirma.

No es fácil pasar tanto tiempo lejos de la familia y los amigos. Aunque Internet perfile un balcón desde donde reencontrarse con León, este joven leonés echa «mucho de menos a la gente que quiero, sobre todo a mis padres, mi hermana, mis abuelos y mis tíos», aclara. También se acuerda de las tapas del Barrio Húmedo y, como no, de los cortos que las riegan.

Volverá a disfrutar de los suyos en diciembre. «Vengo muy poco a León; sólo en Navidades y Semana Santa. Si tengo alguna reunión en Madrid aprovecho para acercarme», asegura Sergio Aller, quien, tras dos años en Varsovia, ya tiene una legión de amigos, aunque, como suele ser habitual, «la mayoría son españoles». El idioma, por lo que cuenta, no parece una barrera que coarte su integración. «A las dos semanas de estar en Polonia empecé a aprender polaco, así que, puedo decir, chapurreo un poco», concluye.

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