Diario de León

JUICIO EN LA AUDIENCIA DE SEVILLA

El careo entre Miguel Carcaño y Samuel Benítez no aclara el paradero de Marta del Castillo

Los padres relatan la "tortura infinita" que supone no saber dónde está el cuerpo de la chica

Imagen tomada de monitor de la sala de prensa de la Audiencia de Sevilla de Antonio del Castillo y Eva Casanueva, padres de Marta del Castillo, el abuelo, José Antonio Casanueva (d) y el tio Javier Casanueva (2d), en la sala de la Audiencia de Sevilla dur

Imagen tomada de monitor de la sala de prensa de la Audiencia de Sevilla de Antonio del Castillo y Eva Casanueva, padres de Marta del Castillo, el abuelo, José Antonio Casanueva (d) y el tio Javier Casanueva (2d), en la sala de la Audiencia de Sevilla dur

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JULIA CAMACHO / Sevilla
León

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Apenas cuatro minutos ha durado el careo que han mantenido el principal implicado en la muerte y desaparición de Marta del Castillo, Miguel Carcaño, y su amigo Samuel Benítez, quien supuestamente le ayudó a deshacerse del cuerpo. Pero nada ha quedado en claro más allá de los reproches y las acusaciones entre ellos. Por su parte, los padres de Marta han relatado al tribunal el inmenso dolor sufrido tras la desaparición de la adolescente y la “tortura infinita” que supone desconocer su paradero.

Ha sido al final de la cuarta sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla cuando el juez ha autorizado a celebrar, a petición de la acusación particular, un careo entre Miguel y Samuel que no ha servido de mucho. “Solo te pido que digas dónde está el cuerpo --ha espetado Miguel--. En esa época tú eras más listo que yo, por eso tú estás fuera y yo en la cárcel”. “Pero quién te crees que eres --ha respondido Samuel en un tono desafiante--, en este país es fácil acusar sin pruebas”. “Explícame quién iba a ayudar a alguien que mata a una amiga a deshacerse del cuerpo, porque yo, no”, le ha contestado de nuevo Samuel, asegurando que tiene pruebas de que no estuvo esa noche en la casa de León XIII donde supuestamente murió Marta.

Previamente habían declarado los padres de la adolescente, que han ido desgranando cómo vivieron la tarde del 24 de enero del 2009. Y es que la acusación particular y el fiscal reclaman a los cuatro adultos implicados un delito contra la integridad moral de la familia por este calvario.

Con gran entereza, los progenitores han reconocido que, a estas alturas, sería un “gran alivio” poder recuperar “lo que quede del cuerpo” y han explicado que cada giro del caso, con las distintas versiones que daba Miguel Carcaño, iba aumentando su dolor hasta convertirse en una “tortura infinita”. “Al principio me decía mi marido que no había sufrido, que había muerto de un golpe, pero luego tengo que escuchar que la han violado y que la han estrangulado”, explicaba Eva Casanueva.

También su esposo, Antonio del Castillo, ha explicado que durante estos tres años han estado hundidos, desmoralizados y “machacados psicológicamente”, tanto que necesitaron tratamiento médico y con pastillas. “Estás deseando que digan algo, pero luego piensas que si será una mentira más, para qué hacerte la ilusión”, han comentado para a continuación ironizar con que “solo nos ha faltado escuchar que Marta desapareció por obra del Espíritu Santo”.

Los padres han explicado que el 24 de enero del 2009 empezaron a intranquilizarse cuando Marta no dio señales de vida durante esa tarde ni volvió a casa a su hora. Alertaron a varios amigos e incluso llegaron a acudir a un hospital por si habían tenido un accidente, pero sus sospechas les hicieron pensar en Miguel, al que habían visto esa misma tarde en compañía de su hija. Como no le localizaban, la madre llamó a Samuel sobre las 23,40 horas y este le dijo que había hablado con Miguel y había dejado a Marta cerca de su casa a las doce de la noche. “Estaba tan bloqueada que en ese momento ni caí en que aún no era esa hora”. Solo a la 1.30 horas logró localizar a Carcaño, quien le dijo que había dejado a Marta a las 21.30 horas.

El padre se acercó a la casa de Miguel en torno a las 0.30 de la noche, golpeando las persianas por si había alguien dentro, pero nadie les abrió. A las dos de la madrugada presentó la primera denuncia en la comisaria, que amplió a las 6.30 horas acompañado por un grupo de personas entre las que se encontraba Samuel Benítez.

Varios amigos de la pandilla de Marta también han explicado que no les abrieron la puerta de la vivienda hasta las cinco de la madrugada y que cuando Samuel se les unió iba con muy poca ropa para el frío que hacía esa noche.

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