Diario de León

La hiperactividad sí crece

Los adultos con TDAH recaen con más frecuencia en la adicción a las drogas o cambian de trabajo con asiduidad .

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daniel roldán | madrid
León

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El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es uno de los síndromes que más se están detectando entre los niños, aunque los expertos rechazan que se trate de una enfermedad novedosa o que esté de moda. A principios del siglo XX, el doctor George Still ya habló sobre la desatención, una hiperactividad y cierta impulsividad que caracterizan a este síndrome conductual. Los cálculos más optimistas indican que el 3% de los niños lo sufren, aunque algunos médicos sitúan cerca del 7% el número de personas que tienen este síndrome, cuyo origen en ocho de cada diez casos es genético. Estos trastornos acompañan al ser humano durante toda su vida, aunque con bastantes grados de afectación.

Dos tercios de los niños con TDAH siguen mostrando síntomas en la adolescencia y la mitad en la edad adulta, aunque lo que fundamentalmente cambia son las consecuencias que sufren estos pacientes. En la adolescencia empiezan a aparecer fallos en la autoestima, comienzan a fumar, aparecen los problemas legales y algunos abusan del alcohol o las drogas.

Precisamente, una de las preguntas más frecuentes que se hacen los expertos en TDAH es porqué los adolescentes y los adultos jóvenes tienen el doble de posibilidades de consumir drogas que las personas de su edad que no tienen este síndrome. «No hay ninguna razón científica que nos digas el motivo», reconoce el doctor Josep Andoni Ramos-Quiroga, miembro del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron. Podía creerse que la combinación de fármacos que toman para el TDAH, una familia de las más eficientes en el mundo de la Psiquiatría, podrían incidir de alguna manera en este altísimo porcentaje. Sin embargo, están descartados. Desde este punto, se abre el abanico de posibilidades sobre las causas. Uno puede ser la falta de control de estos pacientes. «Si uno toma cuatro o cinco porros al año, no es un drogadicto. Estas personas pueden tomar esa misma cantidad en un día», explica el doctor Ramos-Quiroga.

Otro de los factores que se baraja parte del sentimiento de vulnerablidad de estas personas. Se ven incapaces de realizar una vida similar a la de sus amigos o familiares y eso les lleva a sentirse con una consideación baja de sí mismos. Por eso, permanecen menos tiempo en puestos de trabajo y su índice de separaciones y divorcio es más alto que el resto. «No son capaces de permanecer mucho tiempo en una oficina porque se sienten agobiados. El abandono de los estudios secundarios se sitúa en el 38% frente al 5% de las estudiantes sin TDAH.

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