Muy personal
La filóloga leonesa Cristina Borrego ha terminado trabajando como programadora en Londres tras ‘caminar’ durante años por el mundo en busca de su lugar. Un periplo que ella define como consecuencia de lo que llama «la resistencia al cambio». «A mí me encanta volver a mi ciudad, a León, a ver mi familia y a mis amigos, pero cada vez que aterrizo allí me pasa una cosa curiosa: noto que me cambia la mentalidad y me siento encajonada. De repente me empieza a parecer imposible lo que pocos días antes hacía y me era posible», confiesa Cristina.
De esta forma habla de esa resistencia al cambio, «a quedarte siempre donde te sientes cómodo, a no salirte de lo establecido», dice nuestra leonesa. Y es que explica que eso mismo fue lo que un día le hizo salir de casa y de España y lo que le reafirma cada vez que vuelve. «Me doy cuenta de que ahora vivo en el país adecuado a mi manera de ser», explica esta filóloga, que parece haber encontrado, tras su paso por, al menos, seis países diferentes ‘su sitio’ ideal. Asegura que el desarraigo se siente muy a menudo y habla de esa soledad que inunda a uno y cala hondo sólo cuando se está fuera de casa. Aún así, «por más veces que sienta esto, sé que estoy en el lugar adecuado para mí», concluye.