Diario de León

El cetrero del sultán

Pérez Guerra, natural de La Virgen del Camino, cría desde hace más de un año la colección privada de halcones del rey Sheikh Sultan Bin Zayed Al Nahyan

Pérez Guerra cría desde hace más de un año la colección privada de halcones del rey Sheikh Sultan Bin Zayed Al Nahyan

Pérez Guerra cría desde hace más de un año la colección privada de halcones del rey Sheikh Sultan Bin Zayed Al Nahyan

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S.Gallo/ ICAL

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Su afición a los programas de Félix Rodríguez de la Fuente, unida a la tradición que desde hace muchos años existe en La Virgen del Camino (León), su pueblo, a la cetrería, han marcado el devenir de Julio César Pérez Guerra. Hace ya 32 años que se adentró en el mundo de las aves de presa, y desde entonces su interés por los “aguiluchos” adiestrados ha ido en aumento, hasta el punto de haberse convertido en su medio de vida.

Desde septiembre de 2012, se encuentra en la ciudad de Abu Dhabi (Emiratos Árabes) trabajando en la cría de la colección privada del rey Sheikh Sultan Bin Zayed Al Nahyan, que es el hermano del presidente del país. Un trabajo con una apariencia muy exótica del que tuvo conocimiento a través de su entorno de amistades, que le informaron de la jubilación de la persona responsable del centro de cría. Fue necesario un proceso de selección, pero desde hace algo más de un año es el responsable de esta tarea.

En concreto, su trabajo consiste en la reproducción de halcones Gerifaltes blancos, conocidos como el ‘halcón de los reyes’ en la Edad Media. A pesar del inmenso cambio, Julio reconoce que no tuvo que pensarlo demasiado, aunque matiza que no tuvo más remedio dado que el mundo empresarial del que procede se encuentra “parado” por la falta de financiación.

Pero como amante de la cetrería, es consciente de ser un privilegiado porque se trata de algo a lo que sólo pueden acceder “unos pocos”, ya que los mejores ejemplares de halcones gerifaltes blancos del mundo “vienen a parar aquí”. Estos animales necesitan de unas instalaciones especiales, ya que son aves procedentes originariamente de países fríos como Canadá, Rusia o Groenlandia. En su caso, se reproducen de manera artificial mediante inseminaciones, pero también de forma natural “aunque la incubación la hacemos nosotros de forma controlada”, explica.

Desde que hace dos décadas fue uno de los impulsores de las Jornadas Internacionales de Cetrería del Norte de España en La Virgen del Camino, se dio cuenta de que su afición “comenzaba a rodar a otro ritmo”, con continuas exhibiciones, todos los días en los meses de verano, y mientras las aves se iban haciendo adultas “y de pronto te ves metido a criador de halcones”, reconoce sorprendido. Además, ha dado cursos para más de 1.000 personas, distribuidor de equipos de radioseguimiento americanos, editor de una revista especializada… y otras facetas dentro de esta afición.

Aunque ya conocía el país por haber estado en los Emiratos Árabes en una feria de cetrería, ahora la realidad es muy distinta a viajar un par de semanas a un país desconocido y muy diferente. Y es que la vida en el país musulmán es “bien distinta a la que hasta ahora estaba acostumbrado”, algo especialmente complicado durante los meses de calor. La vida social es diferente, porque durante los meses de menos calor, que son de noviembre a febrero, se puede vivir fuera de los edificios, pero el resto del año solo se puede estar “dentro de edificios y salir a pasear con amigos por el Mol, que está muy bien, pero no es lo mismo que salir de paseo por el campo con tus perros o salir a recoger setas en el otoño”.

Económicamente también es distinto. La diversión en España no cuesta dinero necesariamente, algo que en los Emiratos Árabes “es casi imposible”, además de que “lo de salir a tomar vinos o cañas se terminó, al menos como en León”. En esta nueva cultura hay que “pedir una botella”. Durante los meses de más calor, las actividades se realizan dentro de las instalaciones, pero si por motivos de trabajo ha de trabajarse fuera “a las diez o las once, como muy tarde se deja”, en especial en los meses de más calor, que es casi todo el año, cuando a diario se alcanzan los 40 grados. “Yo he llegado a los 52 grados”, declara Julio.

Diferencias también en la cetrería

No sólo la vida cotidiana se hace diferente en los Emiratos Árabes. La cetrería es distinta “totalmente”, porque en todo el mundo se hace la caza con halcones mediante la técnica denominada ‘altanería’, es decir, que el halcón sube muy alto para dejarse caer sobre su presa, mientras que en los Emiratos se caza ‘mano por mano’. Consiste en que el ave sale del guante del cetrero, que allí no se utiliza por sudar tanto la mano dentro de él. "Utilizamos tan solo un pequeño trozo de tela en forma de tubo que se llama Mangala, desde la Mangala sale el halcón hacia la presa, que tradicionalmente era la Hubara, ave muy parecida a nuestra Avutarda pero de menor tamaño, que se llegó a extinguir por la caza incontrolada".

También las aves hay que tratarlas de forma diferente, dadas las condiciones climatológicas, lo que obliga a reproducir su ambiente natural. Para ello hay que incidir de manera especial en controlar las instalaciones, la luz, la temperatura y, en la medida de lo posible, también la humedad, al tiempo que se necesita mantener el habitáculo especialmente limpio. Estas mismas aves podrían vivir en provincias como León durante todo el año.

Añoranza de España

Se dice que el inglés es el idioma universal, aunque en el caso de los Emiratos Árabes, un país cada vez más occidental, no se habla “un inglés de Inglaterra” dada las procedencias diversas de sus habitantes. El país es totalmente diferente a España y el cambio para Julio resultó duro, de hecho “continúan siendo momentos difíciles”, en especial por la añoranza de la familia que “está en España y eso se hace muy cuesta arriba”.

Perfectamente informado a diario de lo que ocurre en su tierra a través de la prensa local y nacional, la situación económica de España hace que Julio no se plantee por el momento regresar a casa. Las condiciones del trabajo que ahora desempeña son favorables, porque una vez superado el periodo de prueba de tres meses, dispone de contrato indefinido, además de que un despido en los Emiratos Árabes se indemniza con un mes por año trabajado, cuenta. En el caso de obtener un trabajo en España en un proyecto de reproducción, Julio es consciente de que tendrá que ser “con menos medios, menos sueldo y más trabajo”. Sin embargo, insiste en que está “deseoso” de volver con su familia.

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