La UE confía en que los pasajeros confiesen en los aeropuertos
La Unión Europea dejó ayer en manos de la buena voluntad de los pasajeros procedentes de Sierra Leona, Liberia y Guinea Conakry parte de la lucha para evitar la expansión del ébola. Los ministros de Sanidad de los Veintiocho, reunidos de forma extraordinaria en Bruselas, decidieron establecer a corto plazo unos protocolos de seguimientos que ‘obligarán’ a los viajeros a entregar un número de teléfono o una dirección para que pueda estar controlados o al menos localizables durante el periodo de 21 días de incubación del virus.
La idea es que se elaboren unos formularios tipo que serán rellenados en el avión y posteriormente entregados a las autoridades del país comunitario de llegada. El Estado, a su vez, lo compartirá con sus 27 socios. ¿Y si miente? Éste es el gran riesgo. La medida está lejos de tener un carácter policial, de control. Básicamente porque la actual legislación no permite crear bases de datos de pasajeros ni siquiera referidas a temas tan graves como el yihadismo.