Una enfermera estadounidense elude la polémica cuarentena

Una cooperante estadounidense se saltó ayer la cuarentena de 21 días que impone el estado de Maine a los que, como ella, regresan al país tras tratar a pacientes de ébola. Kazi Hicox, que volvió recientemente de Sierra Leona de ayudar a personas afectadas por el virus, salió de su casa a dar un paseo en bicicleta tras varios días encerrada en casa. Durante la excursión, que realizó acompañada de su pareja, fue escoltada por dos patrullas de la policía.

El estado de Maine quiere que esta enfermera se mantenga en su casa los 12 días que aún quedan para completar las tres semanas de incubación que, se considera, tiene el virus del ébola.

Su opinión

Hicox, por su parte, asegura que no tiene síntomas y que, por tanto, no es contagiosa ni un peligro para nadie. «No me permiten salir de mi casa ni interactuar con la gente a pesar de que estoy completamente sana y sin síntomas», protestó la cooperante. Las mismas medidas las han adoptado los estados de Nueva York y Nueva Jersey, a pesar de las protestas generalizadas tanto de ONG como de la Casa Blanca.

Las organizaciones que trabajan sobre el terreno, como Médicos sin Fronteras o Cruz Roja, temen que establecer cuarentenas preventivas haga mucho más difícil reclutar personal —sanitario o no— para ayudar en África, a pesar de que esa es, de momento, su necesidad más acuciante.