COSAS DE AQUÍ
El nido de los chispazos
Las cigüeñas dejan sin luz a la mitad de Villadangos del Páramo al provocar un cortocircuito con el material con el que construyen su morada
En Villadangos del Páramo saltan chispas. Cuando las relaciones entre los vecinos se complican puede que una de las partes pierda la paciencia y esto es lo que ha ocurrido entre los habitantes del pueblo y las cigüeñas, que dejaron a media localidad sin luz entre las seis de la tarde y las diez de la noche del miércoles.
La avería se produjo al caer unas ramas del nido de unas cigüeñas, situado entre las escuelas y la autopista de Astorga, sobre el tendido. Se produjo un cortocircuito que dejó a oscuras la margen izquierda del pueblo, tomando como eje la carretera N-120, sentido Astorga. Lo peor de todo es que las zancudas, que viven sobre un poste de media tensión, justo antes del transformador del pueblo, ya la han liado en anteriores ocasiones y quien menos tiene que perder teme por lo que almacena en el congelador, mientras que los negocios se ven obligados a cesar su actividad y en la vaquería el ordeño apremia.
Comienzan entonces los avisos a la compañía eléctrica y las quejas. «Encontrar la avería lleva su tiempo y en el Ayuntamiento no podemos arreglarlo todo», apunta el teniente de alcalde, Cipriano Cabrero.
La pareja de cigüeñas no ha solicitado permiso urbanístico alguno, ni licencia de obra y no muestra intención alguna de pagar tasas por ocupación de espacio público y, pese a todo, la ley le ampara: «Como están en época de cría no les pueden tirar el nido», explica Cabrero, convencido de que «en cuatro días la montan de nuevo».
La especie, que ya ha mostrado su tenacidad por volver a anidar allí donde ve condiciones propicias, tiene especial querencia por los apoyos de Villadangos. Las que anidan en los primeros parecen las más humildes. Desde las más aparentes estructuras de alta tensión sus congéneres parecen mirarlas desde una clase superior. Por su parte, el ganadero levantó la cabeza a la una de la mañana, cuando terminó de ordeñar y libró a las vacas de su apuro.