El papa crea un tribunal para procesar a obispos que tapen a curas pederastas
El Vaticano repara una de las principales lagunas de su postura frente al escándalo.
El papa saluda en la audiencia del miércoles.
Francisco apretó ayer aún más las tuercas a la persecución de la pederastia en el clero con una medida que va en línea de una de las principales reclamaciones de las víctimas: castigar a aquellos obispos que han protegido sacerdotes responsables de abusos, han infravalorado los casos o han actuado con negligencia en la gestión de las denuncias. El Vaticano introducirá el delito canónico de «abuso de poder episcopal» y creará un nuevo tribunal en la Santa Sede que juzgará a los obispos acusados de encubrimiento.
Es más, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, no descartó que la norma tenga efecto retroactivo, porque ya existen artículos similares en el código canónico y la verdadera novedad, en su opinión, es «definir un procedimiento para afrontar estos casos». Si realmente es así puede producirse una avalancha de denuncias en la Santa Sede.
Porque lo cierto es que con esta decisión el Papa asume uno de los más graves agujeros de la estrategia de la Iglesia católica para combatir el escándalo, aunque sea con muchos años de retraso desde que estallaron los primeros grandes casos en Estados Unidos en 2001.
Fin a la tibieza
La postura oficial ha pasado de considerar que el obispo no puede denunciar a los curas culpables ante las autoridades, porque su relación es casi como la de un padre con sus hijos, a que los propios obispos vayan a ser procesados en el Vaticano si se han limitado a cambiarles de parroquia, como ha sucedido en cientos de ocasiones.
Con Francisco parece que se acabó definitivamente la tibieza. Una de las señales más revolucionarias en este sentido fue el arresto en el propio Vaticano, el pasado mes de septiembre, del ex nuncio de República Dominicana, el polaco Jozef Wesolowski, acusado de pederastia en este país y que se había refugiado en la Santa Sede.
El nuevo paso fue decidido ayer en la reunión del ‘consejo de ministros’ del papa, el llamado C-9, por el número de cardenales que lo forman. Ha llegado a propuesta de la comisión dedicada a los abusos de menores instaurada por el papa el año pasado. Está presidida por el cardenal de Boston, Sean Patrick O’Malley, que impuso en su ciudad, primer gran foco del escándalo, la doctrina de ‘tolerancia cero’, y cuenta con dos víctimas de abusos, la irlandesa Mary Collins y el británico Peter Saunders.
Precisamente han sido ellos dos los que más han insistido en aplicar a los obispos el principio de ‘accountability’, término inglés que significa asunción de responsabilidad. La comisión ha planteado a Francisco cinco propuestas y todas han sido aceptadas por el pontífice. Se mantendrán en periodo de prueba durante cinco años.
El nuevo tribunal formará parte de la Congregación de Doctrina de la Fe, el ‘ministerio’ vaticano que se ocupa de la línea de ortodoxia católica, mientras que las denuncias de posible abuso de poder serán tramitadas por las tres congregaciones que regulan la actividad de las distintas ramas del clero, la de los Obispos, la de Evangelización y la de las Iglesias Orientales. Mary Collins dijo ayer, a través de Twitter, que estaba «muy contenta».