Diario de León

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Una vida entre libros

Benito Sierra, riañés de 84 años y vecino de San Andrés, acude a la biblioteca de Pinilla cada día desde hace 23 años, una fidelidad que hoy será premiada

Benito Sierra en su rincón preferido de la biblioteca de Pinilla, con el libro «El Siglo», que muestra su Riaño natal

Benito Sierra en su rincón preferido de la biblioteca de Pinilla, con el libro «El Siglo», que muestra su Riaño natal

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PILAR INFIESTA | SAN ANDRÉS
León

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Cada mañana y cada tarde desde hace 23 años, Benito Sierra, un riañés de 84 años afincado en San Andrés del Rabanedo, acude a la biblioteca de Pinilla para leer el periódico y ojear alguno de sus 24.257 volúmenes. Se sienta en el mismo rincón, entre anaqueles de historia y costumbres leonesas, que le hacen revivir su paso por Picos de Europa y familiarizarse con personajes, fechas y lugares clave de la provincia. Los entresijos de deportes tan autóctonos como la lucha o los bolos se encuentran también entre sus lecturas preferidas. Y es que este agricultor y ganadero, que se encargó también de obras y jardines en los ayuntamientos de León y San Andrés, opina que «cada vez que se abre un libro, se aprende una cosa». Su fidelidad a la biblioteca, que sólo abandona en verano, será premiada hoy con un homenaje en las instalaciones que tan bien conoce de Pinilla y que constituyen su segundo hogar. «Se siente tan cómodo, que ha llegado a venir en zapatillas», bromea la responsable del centro, Encina González. Sierra es uno de los 2.131 socios de esta biblioteca de barrio, que también ensalzará hoy a la usuaria más joven: Elsa Hernández Estébez, de cuatro meses. «Nos parece importantísima la actitud de sus padres, que demuestran la inclinación a la lectura que quieren inculcarle a su hija», explica.

Benito Sierra, un hombre tranquilo, también se prodiga por las bibliotecas de la Diputación y Santa Nonia. Suele acudir a las presentaciones de libros locales y, en ocasiones, también escribe lo que más le ha impactado, como el amor que sintió el marqués de Pidal por Picos, tras escalar con el Cainejo, (Gregorio Pérez de María, precisa), el Naranjo de Bulnes. «Lo subió con cuerdas que trajo de Suiza y pidió en su testamento que le enterraran ahí, por su belleza. Descansa en el Mirador de Urdiales», afirma. Sierra asegura que continuará sus visitas diarias a Pinilla, porque le gusta estar informado.

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