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Muebles hechos de la miseria entre las vías
Una comunidad de artesanos sobrevive fabricando enseres con palés de madera en el barrio de Khlong Toey, en Bangkok
Dos artesanos fabrican una estantería con palés de madera en el barrio pobre de Khlong Toey, en Bangkok. BÁRBARA WALTON
Leticia Pastor | Bangkok
Entre las vías del tren de una zona especialmente pobre del barrio de Khlong Toey, en Bangkok, una comunidad de artesanos ha levantado su hogar y sobrevive fabricando muebles con palés de madera a la espera de ser reubicados por el Gobierno en otro lugar que cumpla con la legalidad.
La historia de la dulce Prachuap, con su reposada sonrisa y su siempre limpia mirada, es una de las tantas que se encuentran entre las chabolas levantadas a las orillas de la vía férrea que discurre por la avenida de At Narong, en una de las zonas más empobrecidas de la capital tailandesa.
La mujer, de 63 años de edad, lleva casi once malviviendo junto a su marido en un angosto habitáculo construido con plásticos y tablones de madera elevado un par de metros sobre el suelo, al que accede con dificultad por unas enrevesadas escaleras.
Pero a pesar de la precariedad que se respira en este lugar, Prachuap asegura a Efe que trabajar aquí «es mucho mejor que hacerlo en las provincias», pues allí la agricultura está al servicio de las lluvias que no siempre son generosas con las gentes que necesitan un jornal para ganarse la vida.
«Ojalá alguien nos ayude para quedarnos aquí, tenemos que seguir trabajando para sobrevivir», clama con desaliento ante la inminente desaparición de su actual hogar, que podría producirse en el plazo de dos meses.
Su hermano, el primer artesano de la comunidad en levantar una tienda de confección de muebles hace ya 18 años, relata cómo la Autoridad Portuaria —dueña de estos terrenos y con su centro de operaciones situado a la espalda de este pequeño poblado— emitió una orden de desalojo aprobada por un tribunal de Bangkok.
«Cuando el tribunal emitió la orden ejecutiva (para el desalojo) nos pusimos en contacto con el Ministerio de Justicia, que consiguió que la Autoridad Portuaria nos proporcionara una nueva ubicación», explica.