«El Camino me salvó la vida»

Rebeca GArcía | LEón

José Torres, Pepo el Tortuga , ha salvado la vida gracias al Camino de Santiago. A sus 57 años, es la tercera vez que pasa por León, ha recorrido el trayecto primitivo, conoce todo el trayecto que recorre el Norte, el portugués y ha pateado tres veces el trayecto de Finisterre. Ahora quiere batir un récord.

Hace ya cinco meses que comenzó la Ruta Jacobea en busca de algo que le hiciese sentir vivo. Recién salido de su segundo divorcio, en paro y con seis hijos, José había perdido las ganas de vivir y se encontraba sumido en una gran depresión. Fue entonces cuando tocó fondo. Su hija le impulsó a hacer el Camino de Santiago.

Ha decidido superar en un kilómetro la marca del célebre peregrino Antonio Fernández, que caminó 10.000 km, distancia que cubriría el recorrido desde Santiago hasta Jerusalén.

A pesar de que su motivación no es religiosa, este peregrino afirma que en los momentos de soledad su fe es lo que le hace seguir adelante. «Conocer a tanta gente de distintas nacionalidades que comparte el Camino es lo que hace que vea la vida de otra manera», asegura. Empezó la ruta solo. La mayoría del tiempo camina junto a viajeros de lo más variopintos. «Acabas el día hablando con gente de costumbres e ideologías diferentes. Es una experiencia que debería vivir todo el mundo».

La mayor satisfacción de José es cumplir las metas que se propone en cada etapa gracias a la ayuda de un amigo que se las prepara. Camina una media de 25 km por día. Hay jornadas que incluso hace 40 km. Hay etapas que ya ha recorrido que le resultan «misteriosas y movedosas» como el primer día debido a que la enfermedad del Alzhéimer comienza a dar sus primeros síntomas. « Gracias al Camino de Santiago he apostado por vivir apreciando las pequeñas cosas que me rodean».

Para él es una experiencia que te cambia la vida y te hace más humano. «Algo que todo el mundo debería experimentar».