INFANCIA
El derecho de ir a la escuela de la infancia siria refugiada
La guerra en Siria ha dejado a 1.400.000 niños en edad escolar refugiados en países vecinos como Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto. A la superpoblación escolar del Líbano hay que añadir el estrés al que está sometida la infancia refugiada que ha visto alterada su realidad de vidas tranquilas en Siria de manera abrupta.
La Educación es un derecho humano. Ello significa que una sociedad debe procurar a través de su sistema educativo proporcionar los conocimientos y las oportunidades adecuadas y necesarias para que sus niños lleguen lo más lejos posible. Además, la educación salva vidas, ayuda a la protección de la infancia y es un elemento indispensable para la construcción de la paz y para la convivencia. Para la infancia refugiada, hacer valer el derecho a la educación es imprescincible para su integración en las sociedades de acogida y para rehacerse de los horrores de la guerra.
LA EDUCACIÓN DE LA INFANCIA SIRIA REFUGIADA EN LÍBANO
Sólo en Líbano el sistema educativo ha acogido a 150.000 niños refugiados procedentes de Siria en los últimos 3 años. Teniendo en cuenta que, en el Líbano, de por sí, hay 150.000 niños en la escuela pública ello nos da una idea de la magnitud del reto: el flujo de refugiados ha significado doblar la capacidad de cada escuela pública del país. Hay que reconocer el esfuerzo por parte del pueblo libanés de ayudar a la infancia refugiada a volver al colegio: las escuelas públicas se han desdoblado y ahora se establecen turnos de mañana y tarde, con el considerable incremento de esfuerzo por parte de profesores que trabajan más horas y más duro para atenderles.
Pero no es suficiente, en Líbano hay otros 150.000 niños en edad escolar que no pueden asistir al colegio, y la guerra en Siria ha dejado a 1.400.000 niños en edad escolar refugiados en países vecinos como Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto. Más de la mitad de ellos se encuentra actualmente sin escolarizar.
A la superpoblación escolar del Líbano hay que añadir el estrés al que está sometida la infancia refugiada que ha visto alterada su realidad de vidas tranquilas en Siria de manera abrupta. Han presenciado situaciones que nadie debería presenciar, menos aún un niño, y padecen las consecuencias de la falta de recursos de sus familias en Líbano, donde encontrar un trabajo es realmente complicado.
La formación que han recibido los profesores libaneses para atender esta crisis es insuficiente para afrontarla con garantías, y las necesidades son realmente grandes: por ejemplo, es fundamental proporcionar apoyo a los más pequeños de todos, a los niños en edad pre-escolar, pero la realidad es que para ellos apenas hay recursos ni planes de intervención previstos dentro del sistema educativo libanés.
Es en el valle de la Bekaa, a 1 hora en coche desde Beirut y a 1 hora en coche hasta la frontera con Siria, grandes propietarios de tierras libaneses han habilitado espacios para que miles de refugiados se establezcan de manera temporal en asentamientos informales en los que viven en precarias barracas y en pésimas condiciones. Es para la infancia refugiada en esos asentamientos para quien trabaja Save the Children en Líbano.
LA EDUCACIÓN PRE-ESCOLAR DE LA INFANCIA REFUGIADA EN LÍBANO
Uno de nuestros proyectos trata precisamente de proveer apoyo a la infancia en edad pre-escolar, de 3 a 6 años de edad. Hemos ayudado a las comunidades a disponer de lugares y materiales con los que llevar a cabo actividades para los más pequeños. Son espacios temporales, utilizamos tiendas o edificios a medio construir: alquilamos el edificio, habilitamos ventanas temporales, ponemos alfombras y realizamos las divisiones en las plantas del edificio para crear espacios que puedan servir para realizar actividad con la infancia y que sean un espacio seguro para ellos y sus familias.
También hemos formado a refugiados sirios para que actúen como educadores en estos programes de atención a la infancia (muchos de ellos eran profesores cualificados en Siria), junto a educadores libaneses.
Estos espacios están llenos de niños pequeños. En ese espacio seguro se canta, dibuja y colorea... Pero por encima de todo, la infancia desarrolla habilidades y recibe estímulos. Aprenden a socializarse con niños de su misma edad, a conocer lo que es un libro, cómo sostener un lápiz... Clasifican objetos y empiezan a comprender aritmética básica. Todo se realiza a través de actividades vinculadas al juego y de forma divertida: actividades que serían reconocibles en centros preescolares de todo el mundo.
MUCHO MÁS QUE DEBERES
La mayoría de los niños sirios refugiados en Líbano que van a escuelas libanesas lo hace en el turno de tarde, y por las mañanas Save the Children les proporciona apoyo extraescolar. El apoyo matinal no sólo se centra apoyarles en sus deberes y en ayudarles a asimilar los conocimientos que les enseñan en clase. Se trata también de un apoyo emocional, de apoyarles en sus capacidades de aprendizaje y reforzar sus ganas de aprender. Las jornadas de refuerzo escolar son muy populares y a veces se acuden hasta 40 niños en una pequeña aula de refuerzo donde 4 profesores trabajan con ellos, y a pesar de que casi ni caben en el aula estos pequeños reivindican su derecho de seguir aprendiendo con entusiasmo.
Los centros son muy populares entre los niños y sus padres. Ver a los niños ocupados y felices, aprendiendo a pesar de las terribles experiencias que han sufrido, confirma que el trabajo que hacemos está teniendo un impacto real y positivo en la vida de algunos de los niños más desfavorecidos. Los niños sirios refugiados el valle de la Bekaa han sufrido enormemente y se enfrentan a un futuro incierto e inseguro. No tienen idea de cuándo van a ser capaces de volver a sus hogares en Siria, pero están decididos a no quedarse atrás. Están decididos a hacer todo lo posible para aprender y sus padres están decididos a ayudarlos. Y nosotros estamos decididos a que su derecho a aprender se haga efectivo.