Diario de León

CORNADA DE LOBO

Habla del tiempo

Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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Esta columna, y cualquier otra, es un tuit tan inmensamente largo para la comunicación tuitera que hoy impera, que sólo verla ya espantó a una buena parte de la parroquia. Todo lo que pase de ciento cuarenta letras está de más; con ciento cuarenta letras el más tonto cree hacerse una idea de lo que pasa y sentirse dueño de la verdad absoluta; y con ciento cuarenta letras los cabrones untan las mentiras de mermelada logrando que se las trague hasta el más listo.

Ciento cuarenta letras son un dardo perfecto para atravesar corazones... enamorándolos... o devastándolos. Lo sabe Trump, que se gobierna mejor con un tuit corto que con una idea larga, y no digo ya honorable y razonada.

Fácil: para creer lo que quiere creer, a la gente le sobra con un repique de campana o un fogonazo deslumbrante que no le haga pensar, sino asentir... o enfurecerse. Nadie quiere verdades relativas, sino planas, claritas. Y nadie se arriesga a averiguar por qué decía A. Camus «Siempre hay dos verdades, pero una no puede contarse».

Qué más da.

Que desfile el tuit... ¡alinearse!

Dígamelo cortito, por favor.

Tiempo de verdades telegráficas.

Y además, efímeras ya al nacer.

Tranquilo, mañana tendremos más.

Los teledirarios acabarán un día siendo un rosario de tuits... tuits de sucesos, de guerras, política en flashes, chismes, más sucesos, desfiles de moda, famoseo, mucho fútbol y catarata de noticias del tiempo porque hoy dos grados bajo cero son frío polar y la meada de un ángel aguacero tropical.

Recordaba el otro día Juan Cruz los telediarios de cuando sólo había una tele y que en ellos cabían noticias científicas y culturales o salía algún pensador de vez en cuando. Hoy, sin embargo, todos los telediarios compiten por ser el más revistero, truculento y elemental... es lo que vende, lo efímero, lo banal y lo tremendo... y Sócrates dijo que hacen muy bien, coño; echando forraje al pesebre de las noticias todos tenemos pasto del que hablar... y es normal que den gran espacio al meteorólogo: largando del tiempo ya todos podemos ser profetas.

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