Diario de León
Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

Creado:

Actualizado:

Dicen que los españoles somos los primeros del mundo en hablar mal del propio país, vicio viejo. No hace falta que el pérfido extranjero idee y engorde una Leyenda Negra para hacernos trajes a medida de conquistador cruel, inquisidor de hoguera o temible picoleto cerril (a veces nos caen como un guante), porque aquí nos bastamos solos para ese afán. Difamar, matarle a alguien la fama porque sí o por envidia, nos da alas... y un sinfín de verbos y venablos. Disfrutamos izando gente a la peana, pero es para gozar aún más cuando después la subamos al patíbulo, así que estamos todo el día ocupados en juicios sumarísimos... nos actúa de fiscal y fogonero el que atiende la barra.

Por eso también nos las pintamos solos en lo contrario, en tirar de orgullo patrio (últimamente Iglesias se regusta llamando a España «la patria») o si hay que sacar pecho y picha... y dárselas, eso que los franceses llaman «la grandeur» y el asturiano «lo grandón».

Estas emociones nos van por épocas. Ahora toca. Necesita España exaltaciones del «yo nacional» ante la imagen depresiva de corrupcción y paro que estamos dando por ahí fuera, donde se ríen, y por aquí dentro, donde nos crujen (tal es así, que Bruselas acusa a este gobierno de no hacer nada para mitigar ninguno de los dos problemones, ni optimizar el gasto público)... lo necesita España ante el retrato oficial que le hace tanta cuadrilla política bandolera, chula y de gustos garrulos... y necesita orgullo constitucional, sobre todo, ante el galope independentista que ya le sopla la nuca a la mismísima Madrid, capital de este Reino Desunido, como lo hizo el lunes un Puigdemont que se echó al monte... de Venus, de la Cibeles o de Carmena, no sé, me hago lío... porque está claro que el tío fue allí a correrse... de casilla y de gusto.

La mitad de cualquier nacionalismo se basa en difamar al oponente, pero en este caso lo que necesita España no es que venga a redimirla una tropa vocinglera insultando al molt honorable, ni mucho menos el gorilón de grada bética que agredía a gente en el país vasco al grito de ¡¡eh, tú, que digas vivaspaña o te calzo una hostia!!...

tracking