Diario de León

RETRATOS CALLEJEROS

Las manos que moldearon a un rey guerrero

JUAN ANTONIO CUENCA / ESCULTOR

Cuenca y Alfonso V.

Cuenca y Alfonso V.

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CARMEN TAPIA | LEÓN
León

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Cinco canteros dirigidos por el escultor Juan Antonio Cuenca se pusieron manos a la obra hace un año para moldear a un rey guerrero. La escultura de Alfonso V, un trabajo salido del Centro de Oficios de León, está hecha en piedra artificial con cemento blanco, arena de río y polvo de mármol que reposa sobre una peana de acero corten. Los ojos del rey noble, el de los buenos fueros, presenta una mirada sombría, la de un guerrero «joven pero cascado» que murió a los 34 años. La cara es fruto de la poética de las manos de los autores, que de forma independiente y en un trabajo conjunto, moldearon el rostro de un personaje rudo que no vivió, precisamente y pese a su alta cuna, una vida fácil.

Pero pensar a un rey «que ha hecho mucho por León» es más que un trabajo de moldeado. Es acertar con su expresión y recoger en un gesto todo su peso histórico. Es, también, acertar con su ubicación, su lugar en León, el más adecuado para su regia figura. Cuenca desvela que se barajaron varias localizaciones. Primero detrás de la Catedral, en Puerta Obispo. Después «bailó» por distintos puntos de la Plaza de San Marcelo. «Es muy importante saber el lugar en el que se colocará una escultura. Me gusta jugar con que no es simétrico. Una escultura tiene que estar en una zona recogida y mirar hacia la zona abierta». Y para Cuenca el rey está en el mejor lugar. Quizás no desvele todavía todos sus secretos porque la coincidencia de la apertura del mercado de la cerámica le resta protagonismo, pero el escultor cree que el rey de León sorprenderá. «Tiene mucha fuerza porque va a estar solo en la calle». El equipo del Centro de Oficios «se ha volcado» para lograr una escultura que refleje la importancia histórica del rey, un encargo que, concentrado en horas, ha supuesto un mes de trabajo. El busto mide 90 centímetros de alto por 70 de ancho y 40 de fondo. «Ahora me gustaría hacer a la reina Urraca», dice Cuenca.

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