Diario de León

Aceites minerales en el disparadero

La OCU pide la retirada de tres productos que contienen hidrocarburos aromáticos Seguridad Alimentaria reconoce que son nocivos pero desconoce el alcance del riesgo .

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ÓSCAR TOMASI | MADRID

No están prohibidos, aunque sí se encuentran en el punto de mira de las autoridades por sus consecuencias negativas para la salud: los aceites minerales protagonizan la ultima polémica que sacude al sector de la alimentación, a la espera de nuevos estudios sobre sus efectos.

En el disparadero desde hace años, ha sido la organización de consumidores OCU la que ha colocado a estas sustancias en el debate público esta semana al pedir la retirada de tres referencias de la venta en el mercado español: unos cereales de arroz con cacao de El Corte Inglés, unas granolas con avena de Quaker y una pasta para lasaña de la marca Festaiola Agnesi.

¿El motivo? Haber detectado en ellos hidrocarburos aromáticos, un tipo de aceite mineral que puede actuar como «carcinógeno genotóxico», es decir, un agente capaz de producir cáncer a través de una alteración del material genético.

«Que son sustancias contaminantes lo sabemos desde los años 50», explica en declaraciones a Efeagro la catedrática de Nutrición y Bromatología Carmen Vidal, quien, no obstante, aboga por transmitir un mensaje de «tranquilidad» a la población para no crear alarmas innecesarias. La vicepresidenta de la Sociedad Española de Seguridad Alimentaria, insiste en que aunque se trata de un componente nocivo, falta saber con exactitud qué cantidades son necesarias ingerir para dilucidar si existe un riesgo real para la salud.

«Encontrar este componente en un alimento no lo convierte en cancerígeno. Estas sustancias también nos llegan por vía ambiental -por el humo del tabaco o de los coches, pero también de las brasas de una parrilla- y seguramente por ahí estemos expuestos a cantidades mucho más altas que en los alimentos», argumenta. Precisamente la falta de resultados fidedignos de los estudios existentes llevó a las autoridades europeas a instar a los Estados miembros a «vigilar» en 2017 y 2018 su presencia.

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