Diario de León

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El taekwondo tiene leona en Coyanza

SONIA ROLDÁN LLAMAZARES

SONIA ROLDÁN

SONIA ROLDÁN

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ANA GAITERO | LEÓN
León

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Lo de Sonia Roldán Llamazares con el taekwondo fue amor a primera vista. Tenía seis años, estaba en predeporte y se le iban los ojos y las ganas detrás de aquellas parejas que se peleaban en el pabellón de Valencia de Don Juan. Con ocho años empezó a competir y después de varias temporadas apartada de las contiendas, regresó hace años y acaba de cerrar el curso con tres medallas, una plata y dos bronces, que corresponden al Campeonato de España sub21, al Campeonato de España Junior y el Open de España Junior.

Esta coyantina que de pequeña lo mismo jugaba con coches que con muñecas, y a la que su padre y su madre siempre le han animado en la pasión por el taekwondo, tiene 17 años y estudia 1º de Bachillerato en el Instituto Fernando I de Valencia de Don Juan.

Entrenar, entrenar y entrenar es la clave del éxito, asegura. Una hora y media, tres días a la semana y muchos sábados de viaje a Valladolid con la selección de Castilla y León salen de su cuerpo y de su tiempo libre.

El taekwondo es una disciplina deportiva, dentro de las artes marciales, que tiene su origen en Corea y cuya antigüedad se remonta a 50 años antes de Cristo. Sin embargo, no entró en las olimpiadas hasta 1988, como deporte de exhibición en los juegos de Seúl, y con pleno derecho en Sidney 2000.

Un deporte que en España ha calado entre las generaciones más jóvenes y en el que las chicas destacan, según el entrenador del Club Saya (león en coreano), Sergio Martínez Fernández, que integran escolares de Valencia de Don Juan y Santa María del Páramo y los pueblos de su área de influencia. El taekwondo es una de las disciplinas que se ofrecen a través de las Escuelas Deportivas Municipales de Valencia de Juan junto a otros deportes como atletismo, baloncesto, fútbol sala, tenis de mesa, patinaje, etcétera.

Sonia Roldán Llamazares señala que «hay bastante equilibrio entre chicos y chicas» en cuanto a participación y también subraya que «hacemos lo mismo que los chicos», cada cual en su categoría. Ella está en la 68 femenina.

Dentro de las modalidades que ofrece el taekwondo su especialidad es el combate. Tres asaltos que duran entre un minuto o minuto y medio, en los que hay que conseguir el máximo de puntos posibles. Se logran golpeando en el peto y en la cabeza, ambos protegidos y con sistemas electrónicos acoplados que miden la potencia del golpe y otorgan automáticamente los puntos.

Mediante este sistema, se ha conseguido aminorar la ventaja que tradicionalmente han tenido los coreanos a nivel mundial en el que es su deporte nacional.

Las habilidades físicas que exige la práctica de taekwondo, explica la joven, son flexibilidad, pero también fuerza para puntuar, así como velocidad para «conseguir dar la patada y que no te tiren y resistencia para aguantar el combate», explica la joven. El minuto o minuto y medio que puede prolongarse una pelea se puede hacer eterno.

Sonia Roldán Llamazares confiesa que ir a Corea a ver cómo pelean allí es uno de sus sueños. En lo deportivo, no tiene una meta preconcebida en su carrera deportiva. Empecé para divertirme y lo sigo haciendo por eso, lo que gane es una recompensa pero ninguna meta establecida». Eso sí, «intento ir mejorando cada año», añade.

Compatibilizar los estudios con el deporte resulta «duro porque se pierden clases», pero «casi todos los profesores lo comprenden y me apoyan», asegura la joven. Eligió la rama científica, pero aún no tiene claro qué estudiará en el futuro.

Esta temporada, con 18 competiciones en el cuerpo, ha disfrutado las medallas logradas después de superar los campeonatos regionales, que son el filtro para llegar a la fase nacional. Así que entre sus títulos también está el Campeonato de Castilla y León junior.

El apoyo entre compañeros y compañeras es otra de las ventajas que ve en la práctica de un deporte que además de ejercicio físico favorece la disciplina y las amistades: «Aunque nos peleemos, no nos llevamos mal», apostilla.

Es cinturón negro y primer dan —en una escala de al menos diez— y ya fuera de la temporada de competición sigue entrenando como una leona. «El entrenamiento y los años se notan», reconoce tras la cosecha de medallas que ha logrado este año.

Esta chica que es testigo y protagonista de los cambios que viven las mujeres en el siglo XXI, destaca el valor de todos los deportistas españoles que han llegado alto porque «no es fácil. Si han llegado ahí les ha costado mucho y por eso hay que admirarles», apostilla.

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