Diario de León

El botón rojo para atajar un infarto

Minutos que valen vidas. Cada minuto de retraso en atender un infarto representa un descenso del 7-10% en la probabilidad de supervivencia. Para mejorar la respuesta a estos episodios coronarios, más de 300 al año en León, se relanza la Estrategia Código Infarto de la Comunidad que coordina ahora el jefe de Cardiología del Complejo Asistencial Universitario de León (Caule)..

Felipe Fernández-Vázquez, jefe del servicio de Cardiología del Caule es el nuevo coordinador del Código Infarto de Castilla y León. MARCIANO PÉREZ

Felipe Fernández-Vázquez, jefe del servicio de Cardiología del Caule es el nuevo coordinador del Código Infarto de Castilla y León. MARCIANO PÉREZ

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

ana gaitero | león

Sesenta de cada cien mil personas sufren un infarto cada año. Más de 300 en León. Actuar a tiempo y con las técnicas adecuadas es decisivo para salvar vidas. «El tiempo es oro», afirma el jefe de Cardiología del Caule y nuevo coordinador del Código Infarto en Castilla y León, Felipe Fernández-Vázquez.

Cuando una persona sufre un infarto lo más importante es no perder ni un minuto y actuar para que la cantidad de miocardio que se necrose sea mínima. El Código Infarto de Castilla y León es como el botón rojo que, al ser pulsado, pone en marcha los mecanismos para atender de la forma más óptima a la persona que lo sufre.

Los primeros 120 minutos son decisivos y todo el personal sanitario involucrado, desde el médico de atención primaria o emergencias hasta los cardiólogos de hemodinámica pasando por conductores, enfermería y auxiliares, «debe estar coordinado», indica el responsable.

El infarto se produce por la obstrucción de una arteria y el objetivo sanitario es lograr desatascar el coágulo en el menor tiempo posible. Actualmente existen dos métodos para restablecer el flujo de la arteria coronaria afectada. La fibrilinosis o tratamiento fármaco invasivo y la angioplastia o apertura de la arteria de forma mecánica. Son las llamadas estrategias de reperfusión ante el infarto aguado de miocardio (Iamcest).

El tratamiento farmacológico tarda 90 minutos en hacer efecto y no siempre es eficaz. La angioplastia solo se puede realizar en un hospital que disponga de unidad de hemodinámica. En el caso de Castilla y León, pueden practicar la angioplastia primaria en los complejos asistenciales de León, Valladolid, Salamanca y Burgos.

La mejor opción, médicamente hablando, es la angioplastia, pero sólo si se puede realizar dentro de los 120 primeros minutos desde el diagnóstico del infarto. De lo contrario, «el paciente no se beneficia de sus ventajas», precisa Fernández-Vázquez.

En el caso de que no se pueda llegar con la persona infartada a un centro de referencia antes de 120 minutos, el tratamiento de elección es el farmacológico. Con el trombolítico se intentan frenar los efectos hasta que se llega al centro de referencia para practicar la angioplastia o desonstrucción mecánica del coágulo.

Las estadísticas recogidas por la Sociedad Española de Cardiología indican que la angioplastia como primaria ha aumentado desde los 13.395 casos de 2009 a los 21.395 de 2017, un 3,9% más que el año anterior.

Por término medio, se realizaron el año pasado 460 angioplastias por millón de habitantes. La cifra aumenta en Castilla y León a 592 por millón. La mayoría se hicieron como tratamiento primario, sin el uso del trombolítico. En concreto, en España el 16% se hicieron con tratamiento farmacológico previo, mientras que en Castilla y León fueron el 14%. En León se practicaron 327 angioplastias y de ellas 300 fueron primarias, lo que significa que el trombolítico fue utilizado en menos del 10% de los casos.

Los expertos consideran que la fibrinolisis tiene más espacio en el tratamiento primario de los infartos, especialmente en una comunidad como Castilla y León caracterizada «por la gran extensión y la dispersión de la población», precisa el coordinador del Código Infarto.

En este sentido, uno de sus objetivos es sensibilizar y formar a los médicos de atención primaria y de emergencias para optimizar al máximo los recursos disponibles y que valoren el tratamiento de elección en función de los tiempos de desplazamiento desde el lugar donde se encuentra el paciente hasta el hospital de referencia.

En el caso de León, se ha decidido que los pacientes de la zona de Benavente y Sanabria sean trasladados al Hospital de León y no al de Salamanca. Se trata de que los límites geográficos de las áreas de salud no se conviertan en un inconveniente a la hora de elegir el centro de referencia al que debe ser trasladado un paciente.

La Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León puso en marcha la Estrategia de Reperfusión o Código Infarto hace cuatro años para individualizar y garantizar la asistencia más óptima a todas las personas de la Comunidad.

Esta estrategia contempla que el tratamiento óptimo del Iamcest debe basarse en la utilización de redes entre hospitales con varios niveles de tecnología conectados por un servicio eficiente de transporte sanitario urgente. El objetivo de estas redes es proporcionar una atención médica óptima y reducir los retrasos, con el objeto de mejorar los resultados clínicos,

Asimismo, el documento de la Consejería de Sanidad indica que el personal de ambulancia debe estar preparado para identificar un Iamcest y administrar el tratamiento inicial, incluida la trombolisis cuando sea necesaria.

«Se debe hacer un esfuerzo para que la angioplastia primaria esté disponible en el mayor número posible de pacientes • Los centros con capacidad para hacer la angioplastia primaria deben estar preparados para realizarla dentro de los 60 minutos después de la llamada inicial. Entre los objetivos que se ha trazado el nuevo coordinador de la Estrategia de Reperfusión del Iamcest en Castilla y León está el «lograr una buena coordinación entre emergencias sanitarias y centros receptores».

Fernández-Vázquez señala que la Comunidad cuenta con «servicios de Cardiología potentes» en los cuatro hospitales de referencia y «necesitamos que el traslado medicalizado» se realice de acuerdo a los protocolos establecidos. Se trata, asegura, de «optimizar los recursos que tenemos».

Otro aspecto que considera fundamental es «conseguir registrar ‘on line’ todo lo que hacemos para saber dónde tenemos los cuellos de botella o cualquier pérdida de tiempo», añade. Hay que registrar todos los pasos desde el momento en que contactó el paciente hasta que se le abre la arteria con el catéter en la unidad de hemodinámica correspondiente. Se trata de que la realidad refleje el algorritmo del Código Infarto .

tracking