Muero de envidia

Quien a Francia va... arbolado viene. ¿Por qué el país vecino está tan surtido de bosques y a España le sobra monte pelado y secarral irredento?... ¿fuego, codicia, desierto?... no sólo el clima modela un paisaje, es la cultura y las formas distintas de ver y sentir la tierra al explotarla. Reconozcamos que ahí los franceses nos llevan gran ventaja, o sea, cultura.

Digo esto porque hay que ver el Tour de Francia aunque a uno no le interese el ciclismo. Es la mejor ventana para echar un amenísimo vistazo a ese país con un ojo de pájaro helicóptero y otro de fisgón al ras. Y al ver ahí montañas, valles bravos, pueblos viejos bien abrochados, castillos sin ruina, iglesias de alarde, cultivos, árboles escoltando los caminos, interminables laderas de abetos, riberas tupidas de nogales... al verlo, digo, me muero de envidia.

Cierto que la tele francesa, siendo una carrera tan seguida en medio mundo, selecciona calculadamente todo lo guapo que quiere enseñarnos, añadiendo al relato datos y glosas de geografía, historia o economía, que vienen bien aunque solapen propaganda, pues hay lugares que maravillan, como ayer la fascinante Carcasonne.

El campo es lo que más llama la atención. No veo barbechos o tierras abandonadas, todo está cultivado, dando duros, y con vacas que aquí son menguantes porque allí los ganaderos fueron más farrucos y unidos en las guerras comunitarias a las que van los españoles con la mitad perdida o compensados con ayudas envenenadas que lograron lo contrario que perseguían, despoblar aún más este campo.

Pero si aconsejo al lector que vea ese Tour (ya se acaba), a los concejales de urbanismo y alcaldes debería exigírseles para que se fijaran cómo resuelven ahí los problemas o dibujan esos pueblos y ciudades... a ver si así pillan al fin alguna idea de tantas que ofrece este vistazo, aunque confío poco.

Y si, como dijo Baroja, «el carlismo se cura leyendo y el nacionalismo viajando», el Tour es billete barato. Incluso entenderás a Sánchez Dragó que, harto del guirigay nacional, quiere hacerse francés para no morir de vergüenza igual que yo muero de envidia.