Diario de León
Publicado por
GARCÍA TRAPIELLO
León

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Muchos indios norteamericanos se negaban a que les hicieran fotos porque creían que les robaban el alma para dejarla estampada en un cartón y colgada después en alguna pared como quien ahorca un recuerdo formulando un conjuro... o peor aún, sepultada en una caja de fotos o en un álbum hecho sarcófago donde la oscuridad es perpetua.

Sin embargo, pasada aquella primera aprehensión a los primeros daguerrotipos que odiaron Sitting Bull o Crazy Horse, las fotos dejaron de robar el alma a los indios pasando a engordarla al pedir dinero por dejarse retratar junto a su tipi en la reserva, pedigüeñismo mercantil que inauguró Gerónimo en su decandente vida final de espectáculo haciendo precisamente el indio en las giras de Buffalo Bill, cuya alma, a su vez, la había vendido al diablo del dólar y a la patraña a caballo.

Pero pasado el tiempo, vemos que quizá aquellos indios tuvieran alguna razón para sus temores, ya que no poca gente empieza a perder su alma (antes perdió la vergüenza) cuando cuelgan inconscientemente fotos en unas redes donde cualquiera puede después (o tras un tiempo que debió acarrear olvidos) paladearlas, manipularlas, robarlas... y a saber qué usos podrá darle el ladrón, el fisgón o el vicioso. Sobran noticias de críos o jovenzuelas que colgaron fotos suyas atrevidas, memas o comprometidas que a la vuelta de un mail se les han convertido en puñales o en cepo de caza; nunca tuvo el chantajista o el pederasta, por ejemplo, mejor campo libre... e impune.

Desde que se inventó la fotografía todos hemos celebrado fotos de conjunto, de amigos o pareja que, corriendo el tiempo, acabaron por desamor o tirria en el cubo de la basura, rotas o segregado alguno de los presentes con las tijeras de recortar amores y resolver fracasos. Pero ahora ya no es posible, lo colgado ya no se descuelga, ahí no vale el sanseacabó; y si antes se decía «lo escrito escrito está», lo irreversible es hoy «lo colgado colgado queda». Y si el indio pensaba que el alma se robaba con una sola foto, ¿qué pasa hoy que nos hacen miles de ellas, sobre todo las cámaras de seguridad?...

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