«Con Días de Luna descubrimos las ventajas de asociarnos»

Hace 21 años las escuelas de Sena de Luna, cerradas durante décadas, revivieron. Cuatro trabajadores de Elosúa y sus parejas que se enfrentaban a la encrucijada de irse a Madrid tras el cierre de la fábrica en León optaron por abrir negocio propio. «Descubrimos las ventajas de asociarnos para conseguir cosas», señaló ayer Soledad Fernández, que junto con Gerardo Prieto, su marido, gestiona Días de Luna. Recibieron alguna ayuda por crear tres puestos de trabajo fijos. En aquella época «no había ni un folleto de turismo», explicó. «Ahora hay unos cuantos señalizados y algunos con códigos QR», precisó. Sólo quedan 20 vecinos en el pueblo, sin bar, ni tienda, ni colegios. La logística es complicada y la tranquilidad total, aunque la familia y amistades «siempre están lejos». «Ser mujer y de mediana edad en un pueblo es difícil», subrayó. Necesitan buenas comunicaciones por carretera e internet, mejor comunicación con la administración y referentes a imitar.