Diario de León

CORNADA DE LOBO

Llegó con sangre

Publicado por
GARCÍA TRAPIELLO
León

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Los amigos de signos, señales y augurios están felices y expectantes: ¿la habéis visto?, la luna llena de enero, la más gorda de todas, vino con su cara manchada de sangre, luna enrojecida por el eclipse que coincidió con su plenitud y a la fuerza ha de ser señal de algo... ya, ¿de qué?...

Es demasiado fácil meterse a profecías en este tiempo de sangres y tragedias. Adivinos y agoreros van sobrados de campo con solo ver un telediario y, si no, tiran de algoritmos, que es como llaman hoy a la estadística: terrorismo, volcanes despiertos, guerras dormidas o inacabables, sequías al galope, emigrantes que mueren como ñus en estampida buscando pastos nuevos... o cuchilladas conyugales, tan previsibles, tan rutinarias (si la luna es la testigo mágica que buscan los enamorados para sellar su unión, una luna roja sería la madrina de lo que antes se llamaba crimen sentimental, así que la violencia machista seguirá creciendo, dice el arúspice Gelito tan pichi; previsiones así están chupadas).

Incluso el científico incrédulo que no puede aceptar magias o supersticiones ve alguna señal en esta luna cuya cara oculta fue «violada» por una nave china que llevaba una sonda con ruedas para fisgar aquello; llegó quince días antes de enrojecerla el eclipse del lunes, sonda en la que pudo germinar y crecer una semilla de algodón, la primera vida nacida y crecida en la Luna. Esta noticia verde-esperanza emocionó a todos, aunque poco después se informó que había muerto tras desconectarse el calefactor que la ambientaba; no tuvo modo de superar los -170 grados con que hiela allí la noche. Y al punto se desvaneció el sueño de uno de El Egido que ya veía otro mar lunar de plástico bajo el que crecerían muchísimo más gordas las hortalizas al haber una gravedad seis veces menor que en la Tierra, pero se le cayó el cántaro camino de su fábula.

Y dos notas: A la moza que mira desnuda la luna le crecen los pechos (saber popular)... y si observáis la cara de esta luna llena, le veréis a veces risita pícara o ceño fruncido, según, y es porque los chinos le están haciendo cosquillas -o vete a saber qué- en el culo.

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