Diario de León
Publicado por
CORNADA DE LOBO GARCÍA TRAPIELLO
León

Creado:

Actualizado:

Al macarra mandatario de Filipinas, Rodrigo Duterte -cuánta sonoridad española en su llamarse y francesa al apellidar-, le gusta echar la lengua a pacer glorias furibundas y redenciones nacionales prometiendo extirpar drogadictos, delincuentes y curitas meticones (tiene especial tirria a todo lo cristiano y nostalgia no disimulada por lo moro mojamé) y anuncia ahora que cambiará el nombre de Filipinas -aborrece la tiranía genocida de su bautizador, Felipe II- por algún otro aún no decidido, pero que sin duda saldrá del arcano aborigen de aquel gigantesco archipiélago. Dicen que será Maharlika. Y con el nombre se va el gentilicio: viene el maharlikano y adiós al filipino, ya sea paisano, punto filipino o pastelito... y se acabó decir de Isabel Preysler «esa filipina»... ¿y los Filipinos de Valladolid?...

Dijo Duterte en su filípica filipina (filípicas: invectivas de Demóstenes contra Filipo II de Macedonia) que España mató a los que no se convertían al catolicismo, especialmente a los filipinos musulmanes. Y que se borra de lo felipe y de lo felipino envolviéndolo todo en papel de celofán para el cumple de nuestro Felipe VI, que en el nombre también lleva esa desgracia.

En las tierras «coloniales y ultramarinas» revisan hoy deudas históricas... y vienen con recargo y guillotina. Es como si el constipado antiespañolista del catalanismo contagiara estornudos por el mundo resucitando leyendas negras (o blancas, aún peor) y montando patíbulos para decapitar en efigie a Pizarros, Juníperos, Corteses, Colones... se levanta la veda del «conquistador».

En Estados Unidos van a rodar una serie demoledora sobre Colón poniéndole de chupa de dómine por la devastación étnica y cultural de la que fue origen y agente activo, dicen allí (¿y aquí?), y expulsarán de salones y templos toda estatua o imagen de reyes viles, nobles de sangre (en las manos) y todo prócer nieto de esclavista.

Este tiempo nuestro le ha puesto carricoche a la memoria histórica y fácil se nos va hasta los confines milenarios donde siempre duerme algún crimen imperdonable, un expolio, una fe degollada... o mejor, un genocidio.

tracking