Villacelama rescata el pendón de una cortina

En los años 50 parte de la sacristía de la iglesia de Villacelama se derrumbó, bajo los escombros de adobe quedó olvidado el pendón del pueblo. Sólo se pudo salvar una pequeña parte que más tarde, en la década de los 80, se utilizaría por las vecinas del pueblo para confeccionar una gran cortina que decoraría durante décadas la nueva sacristía. A día de hoy nadie parecía saber qué había sido del pendón.

Hasta que hace bien poco, la Asociación Cultural Vecera se empeñó en recuperar el insigne estandarte. Las pesquisas señalaban a las cortinas de la sacristía. Con la ayuda de diferentes expertos, la asociación llegó a la conclusión que esas cortinas que todos los vecinos conocían guardaban parte de la historia de la localidad. Allí estaba la tela adamascada del pendón.

El empeño de los jóvenes del pueblo ha conseguido que se llevara a cabo la confección de un nuevo pendón a partir de la tela rescatada de los cortinones de la sacristía. Las franjas rojas y verdes volvieron de nuevo a su ser y el nuevo pendón vio la luz hace unas semanas.

Ya ha ondeado al viento en Almanza, pueblo al que asistieron como invitados. Hoy, con motivo de la fiesta de San Isidro Labrador trasladada al sábado en Villacelama, se bautizará el recuperado pendón ante vecinos y amigos de localidades cercanas que participarán en una pendonada por las calles de la localidad.

El nuevo pendón conserva la cruz original, que la seguirá portando, pero no la vara, ya que según los expertos cuenta con unos 200 años y se recomendó construir una réplica a su imagen y semejanza.

Tras la pendonada, se recordará que el pueblo recibió el fuero de manos del rey Alfonso VII el 20 de julio de 1153, acontecimiento que, sin duda, presidió este estandarte, comenta la Asociación Cultural Vecera.

La fiesta de San Isidro Labrador se cerrará por la noche con una verbena nocturna, al igual que en años anteriores.