Diario de León

Seat Tarraco. 7, impar… y verde

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León

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JAVIER FERNÁNDEZ

Tercero… en concordia. Junto al Ateca y al Arona, Seat completa con el Tarraco, no sólo su oferta todocamino, también el ‘lenguaje estilístico’ de la marca de cara a futuras realizaciones.

Así, el ‘hermano mayor’, aúna tecnología vanguardista con una conducción ágil, elegante diseño y versatilidad: posibilidad de elegir entre 5 y 7 plazas (capacidad de maletero entre 760 y 1.775 litros), acabados Style y Xcellence, y mecánicas gasolina y diésel (2.0 TDI de 190 CV, nuestra unidad de pruebas).

Con estos mimbres, el Tarraco (cuyo nombre elegido por votación de 140.000 participantes hace referencia a la ciudad homónima) ‘nace’ de la plataforma MQB A+ de batalla larga (2,79 metros) utilizada por el Grupo VW para sus modelos grandes que, en caso de nuestro protagonista, alcanza una longitud total de 4,73 metros; es decir, amplitud… por los cuatro costados, lo que tampoco empece para que el Tarraco se desenvuelva perfectamente en cualesquiera trazados.

Como en todo SUV grande que se precie —y bien que se ‘precia’—, el Tarraco hace gala de una encomiable modularidad, con detalles añadidos como las bandejas —tipo avión— plegables en los respaldo de los asientos delanteros o la regulación longitudinal por partes en la segunda fila de asientos.

Por no hablar —que hablamos— de un maletero ‘panorámico’ que, en la versión de 7 plazas ‘arranca’ en 230 litros y ‘corona’, si se abaten los dos últimos asientos de la tercera fila, en 700 litros, con un motorizado acceso a la zona de carga mediante un generoso portón. Como cabe suponer —lo que no supone ‘desdoro’ alguno—, las dos plazas suplementarias traseras son más recortadas, aunque suficientemente utilizables en recorridos cortos o por la ‘peña infantil’ con, además, una excelente facilidad de desplegado/plegado en escasos segundos. En la versión de 5 plazas, la capacidad de maletero puede ‘alargarse’ hasta los 1.775 litros.

En el capítulo mecánico, la motorización TDI de 190 CV (la unidad de pruebas que nos ocupa) se asocia al superior acabado Xcellence y al Xcellence Plus de 7 plazas, que trae aparejada una completa dotación de serie: faros Full Led, ‘Digital Cockpit’, climatizador de tres zonas, sistema multimedia con pantalla táctil (8 pulgadas), asistente de estacionamiento automático, control de crucero adaptativo, frenada de emergencia en ciudad con detección de peatones, asistente de mantenimiento de carril, control de ángulos muertos, detector de fatiga del conductor, cámara de visión trasera… un habitáculo de lo más ergonómico, con infinidad de regulaciones eléctricas de asientos —incluso función de memoria— para obtener una postura de conducción idónea.

La puesta a punto del chasis es una de las bazas que juega el Tarraco: con 1.845 kilos de ‘romana’ y un generoso tamaño, el McPherson delantero y el multibrazo trasero, el SUV se mueve más como una berlina que como un SUV con, además, la posibilidad opcional del chasis adaptativo DCC (amortiguadores de firmeza variable).

Esta versión más potente del catálogo Tarraco, se asocia idefectiblemente a la tracción total 4Drive que, en condiciones normales de adherencia, funciona en tracción delantera (optimización de consumos) para acabar repartiendo el par de tracción paulatinamente sobre ambos ajes cuando las condiciones lo requieran y hasta para ciertos ‘pinitos’ fuera del asfalto, merced a un par de programas específicos: Nieve y Off Road, seleccionables mediante una ya ‘tradicional’ ruleta situada en la consola central, junto a la base de la palanca de cambios de la caja automática-secuencial de 7 relaciones, que también cuenta con levas en el volante, El modo Off Road, asociado al control de descenso, a la generosa distancia libre al suelo del coche y a la posibilidad —opcional— de montar neumáticos ‘All Season’, permiten ciertas ‘veleidades’ fuera del asfalto o, lo que no es poco, salvar situaciones… comprometidas.

Eso, y el inestimable concurso de una dirección muy precisa y unos controlados —mínimos— balanceos de carrocería, además de unas contenidas —mucho— distancias de frenado, propician una conducción de lo más agradable y con tintes marcadamente deportivos… para su ‘físico’.

Aderezado, como las plazas, con unos contenidos 7 litros de media (según las ‘apetencias’ del pedal del acelerador… claro) que se traducen en alrededor de 850 kilómetros sin visitar el surtidor… si no nos ‘encelamos’ con el ‘Seat Drive Profile’ y ‘su’ modo Sport, aunque tampoco hay porqué dejar de ‘gozar’… a ratos. Pues eso.

Por lo demás, y por aquello, de no subestimar las ‘modernidades’ la tecnología ‘Full Link’ el Tarraco puede ‘vincularse’ al smartphone (Apple Car Play, Android Auto, Mirror Link), a «Alexa» (‘la’ que nos escucha… ya saben) y hasta, con un sencillo movimiento de la mano, al control gestual para el manejo de algunas funciones.

En suma, un SUV a lo grande que, en el caso de ‘nuestra’ versión TDI 190 rompe con ciertos estereotipos últimamente muy en boga en los círculos de los ‘enteraos… de toda la vida’: 40,8 metros/kilo de par entre 1.750 y 3.250 vueltas —elasticidad asegurada—, bajo nivel de rumorosidad, filtro de partículas diésel, reducción catalítica SCR / AdBlue para la drástica reducción de emisiones… y etiqueta ecológica»C»; ‘salpimentado’ él —el coche, se entiende— con un ‘sprint’ de 8,0 segundos de cero a cien y una punta de 210 por hora… nada mal para la ‘envergadura’ que conducimos.

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