Diario de León

El Imserso quita las vacaciones al ‘niño’ leonés de la guerra

Emigrantes económicos y exiliados políticos que no han cotizado a la Seguridad Social española han sido excluidos por el Imserso de su programa de turismo social. Después de años disfrutando de estas visitas a España, el leonés Paco Robles, evacuado durante la Guerra Civil a Inglaterra, es uno de los damnificados por la medida del Gobierno.

León

Creado:

Actualizado:

«Nos han mandado una carta diciendo que si no recibimos pensión de España no tenemos derecho a los viajes del Imserso». Paco Robles, el niño leonés de la guerra, lanzó la voz de socorro desde su casa de Londres, en el barrio de Norholt, distrito de Ealing. Ha sido el tema de conversación (y preocupación) de las reuniones en el centro de mayores Miguel de Cervantes, en Notting Hill, al que acude cada miércoles y sábados con la colonia española en la capital británica.

El Imserso lo confirma: «Desde la Orden Ministerial de septiembre de 2018, que regula por primera vez, el Programa de Turismo Social, los españoles en el extranjero tienen derecho a participar en los viajes del Imserso si están vinculados de alguna forma a la Seguridad Social española como beneficiarios de la misma».

Con estas palabras ha respondido el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social a la pregunta formulada por Diario de León sobre el tema. Las quejas a la ministra María Luisa Carcedo no se han hecho esperar. La Confederación de Asociaciones de Padres de Familia Residentes en Francia (Apferf) pide que se anule el requisito de cobrar una pensión en España participar en los viajes del Imserso de manera que queden abiertos a todos los emigrantes.

Con la nueva normativa, aseguran, el 80% de los españoles que residen en Europa no podrán participar en el programa de Turismo Social del nuevo año. La Confederación considera esta medida como «miserable» y acusa al Gobierno de España de tratar a los emigrantes «de nuevo como ciudadanos de segunda».

Paco Robles, nacido en León en 1926, al lado de la Catedral, es de la misma opinión. Su padre, Germiniano Robles, oriundo de Mansilla de las Mulas, y su madre, Martina Hernando, del pueblo burgalés de Boada, se instalaron en Baracaldo, Vizcaya, en los años 30.

En la ciudad vasca les sorprendió la Guerra Civil y los bombardeos de los aviones de la Legión Cóndor —paradójicamente con base en La Virgen del Camino— que iniciaron su hostigamiento sobre la población en el mes de marzo de 1937. En abril se produjo el bombardeo de Guernica y ante el temor y el hambre decidieron embarcar a sus dos hijos mayores, Francisco y María Jesús, en el vapor Habana rumbo a Inglaterra.

Paco Robles y su hermana María fueron dos de los casi 4.000 niños y niñas que, después de una atribulada travesía por el mar Cantábrico, legaron a Southampton el 23 de mayo de 1937. Habían partido del puerto de Santurce el 21 de mayo. Desde entonces viven en Inglaterra. De las colonias de niños refugiados pasaron con el tiempo a formar sus propias familias. Paco Robles empezó a trabajar, primero para una de las familias que lo adoptaron, y durante la II Guerra Mundial para las fuerzas militares norteamericanas. Luego se empleó en una lechería y con el tiempo consiguió un puesto en la compañía British Airways, donde se retiró tras sufrir un accidente. Desde que el Gobierno de Felipe González estrenó el programa de vacaciones del Imserso ha disfrutado de estos viajes. Primero con María, su añorada esposa, y desde hace algunos años con algunos compañeros.

«El Imserso para muchas personas de mi edad es educativo, especialmente para personas como yo que cuando éramos niños y estábamos más interesados por la geografía e historia de nuestro país, nos sacaron de nuestra tierra a otro país extraño por la Guerra Civil», lamenta Paco Robles. «Muchos nos tuvimos que quedar en nuestras tierras para el resto de nuestras vidas», añade.

De los 3.843 niños y niñas evacuados a Inglaterra en el vapor Habana cerca de medio millar no volvieron. Muchos retornaron a partir de 1938. A Paco Robles y su hermana les escribía su madre al terminar la guerra: «No volváis, tu padre está preso y aquí lo estamos pasando muy mal».

Después llegó la Guerra Mundial y, en España, a Paco le declararon prófugo por no presentarse a filas. No pudo volver a España hasta 1957. María y Paco se habían caso en 1949. «La primera vez fui solo. Cuando me dieron el indulto quise ver cómo estaba mi tierra antes de llevar a la familia», explica.

«Estuve casi veinte años sin ver a mis padres», puntualiza. Después de la primera visita, en la que los encontró más envejecidos de lo que esperaba, faltaron muy pocos años sin venir a España. A Mansilla de las Mulas o La Línea de la Concepción, ciudad natal de su esposa.

«Con los viajes del Imserso he aprendido mucho», dice este hombre que cubre la camilla de su cocina con un hule decorado con el mapa de España. «He tenido la oportunidad de amar más y conocer la tierra en la que nací y he hecho amistades que me han alegrado la vida», recalca.

No entiende que le priven de la oportunidad de viajar de nuevo con el Imserso a España. «Nosotros también contribuimos a mantener abiertos los hoteles», añade. A la ministra Carcedo le manda un recado: «En mi opinión están haciendo daño a los pensionistas españoles que por refugio y necesidad vivimos fuera de España». Para algunos, apostilla, «es la única manera que pueden ver no sólo su tierra, sino también a su familia».

tracking