Un nutrido elenco de colaboradores

alfonso garcía

Además de recordatorios de diversos centenarios, noticias sobre la asociación que sustenta la revista, diversidad de artículos y enfoques con propuestas originales sin desperdicio alguno, seguramente la mayor fortaleza de la publicación, además de sus responsables, es la implicación que han conseguido para que casi dos centenares de colaboradores se den cita en la historia de Camparredonda. En este número, en concreto, se cumplen idénticas premisas y el lector, por tanto, encontrará razones de interés personal para la lectura. Permítanme, sin embargo, y sin dejar el resto en el olvido, y atendiendo únicamente al espacio disponible, destacar cuatro temas como síntesis. Simplemente enumerar todos excedería este espacio.

La ruta de los retablos platerescos es un interesante itinerario cultural de un centenar de kilómetros por este tipo de retablos del siglo XVI al que acompañan magníficas fotos en color: Vallecillo, Valdavida, Celada de Cea, Joara, Valdescapa, Villaselán, Yugueros, Gordaliza del Pino, Cistierna.

En Tirando del hilo: El Crimen de Matilla de los Caños (Salamanca) Jesús San José Hernández, basándose en la tradición oral, con el espíritu de los pliegos de cordel, recupera un crimen de 1880 “que interpreté públicamente con acompañamiento de rabel y disfraz de ciego (perro incluido) en el filandón o hilorio de Otero del Curueño en agosto de 2017. Sin precisión del lugar exacto, Víctor Fernández del Río escribe sobre Profecías de un ermitaño desde los Montes de León (1860) durante el eclipse total de sol de ese año, más que otra cosa una serie de despropósitos.

«En el año 1934, Pío Baroja, acompañado por el fotógrafo Marina, decidió recorrer España de una manera, cuando menos original: seguir la ruta que en su día, en el año 1836, realizó el general carlista Miguel Sancho Gómez Damas (general Gómez)”. El recorrido por este territorio lo cuenta Gregorio Fernández Castañón en El viaje de Pío Baroja por León y provincia (1935).

Hay mucho más, claro.