Cuatro años de cárcel para una británica por emborracharse

La británica Charlotte Davis fue condenada ayer en el tribunal de Newcastle (en el norte de Inglaterra) a cuatro años de cárcel por emborracharse en un vuelo hacia Tenerife (España), el pasado mes de noviembre. Davis, de 31 años y quien admitió que estaba ebria, provocó un revuelo a bordo del avión de la compañía de vuelos turísticos JMC, con unas 200 personas a bordo, que obligó al piloto del mismo a aterrizar en Portugal. La pasajera había comprado en el aeropuerto una botella de ron que bebió para quitarse el miedo a volar, según alegó. En pleno vuelo, la mujer empezó a gritar, a insultar y discutir con su novio que viajaba con ella mientras daba patadas al asiento de los pasajeros que tenía delante. Los miembros de la tripulación le pidieron que se calmara pero sólo consiguieron que se enfureciera aún más. «En esos días, todo el mundo estaba muy sensible tras los atentados del 11 de septiembre. Todo el mundo tenía miedo a volar», dijo el fiscal John Aitken durante el juicio. Por su parte, el abogado de la defensa, Jamie Adams, declaró que su cliente «estaba horrorizada de volar», alegando que «no era una mujer agresiva sino que simplemente estaba borracha en su asiento». Al dictar la sentencia, el juez Michael Taylor, dirigiéndose a la acusada declaró que «ese tipo de comportamiento provoca miedo y aterroriza a la gente que se encuentra en el avión y usted debe saber eso». Al término de la vista judicial Davis, quien admitió el cargo de estar ebria en el avión, salió de la sala del tribunal cabizbaja y custodiada por una guardia de prisión. Un portavoz de la compañía JMC Airlines manifestó que «celebramos la sentencia porque envía un claro mensaje a una minoría de pasajeros cuyo comportamiento puede amenazar la seguridad de un avión y poner nerviosos a otros».