Diario de León

Aunque el accidente de Diana de Gales sea considerado por los británicos como el hecho más significativo de su país en el siglo XX, a los cinco años de su muerte su figura pierde fuelle

La caída de la «Dianamanía»

Publicado por
EP - LONDRES.

Creado:

Actualizado:

Cinco años después de la muerte de la princesa de Gales, la «Dianamanía» parece haber perdido algo de fuerza entre los británicos. Las fotografías de sus últimos días o los libros publicados sobre la vida de la «princesa del pueblo» no tienen ya la efusiva acogida que tuvieron, como cada vez son menos los visitantes que se desplazan hasta Althorp, la residencia de la familia Spencer en la que está enterrada. A pesar de ello, y según un reciente sondeo, los británicos consideran la muerte de Diana en accidente de tráfico, ocurrida en la noche del 30 al 31 de agosto de 1997 en París, como «el acontecimiento histórico más significativo de su país en el siglo XX», por delante de la II Guerra Mundial. Pero los historiadores lo achacan a que la mayoría de británicos otorga una mayor importancia a los acontecimientos que han vivido en persona, que a los que datan de hace 50 o más años. Con todo, los anteriores aniversarios del fallecimiento de la que fuera llamada «princesa del pueblo» por el propio primer ministro británico, Tony Blair, pasaron casi desapercibidos en el Reino Unido. Además, ningún miembro de la familia real asistió el 30 de junio a la inauguración de un área de juegos dedicados a Diana en los jardines del palacio de Kensington, su antiguo hogar. Un proyecto más ambicioso, la construcción de una fuente en su honor en Hyde Park, en el centro de Londres, no se ha puesto aún en marcha. La ministra de Cultura, Tessa Jowell, tuvo que intervenir para que la arquitecta estadounidense Kathryn Gustafson fuese elegida para realizarlo tras varios meses de vaivenes. Pero si la ausencia de conmemoraciones públicas resulta sorprendente para los amigos íntimos de Diana, los británicos parecen haber pasado página a este hecho y ya no compran masivamente las publicaciones acerca de su vida tal como ocurría antes. Así, lejos de provocar un escándalo, el libro de uno de los guardaespaldas de la princesa, Ken Wharfe, cuyas «revelaciones» son publicadas cada domingo por The Sunday Times, ha supuesto sólo una anécdota que sí ha sacado a la luz la cuestión de si es necesario reformar el código de conducta de los guardaespaldas de la familia real. Menos visitantes Althorp, la casa en la que Diana pasó su niñez y donde está enterrada, es aún lugar de peregrinaje. Pero entre las personas que se dirigen cada año a ese lugar entre el 1 de julio y el 30 de agosto (que cayeron de 140.000 en 1998 a 120.000 en 2000) la emoción de los primeros días es agua pasada. A pesar de todo, perdurará el recuerdo de una Diana de Gales que no tuvo miedo de expresar sus sentimientos o abrazar a alguien por la calle saltándose el protocolo. Tan es así, que los británicos, generalmente reservados, no tuvieron problema en mostrar al mundo su dolor el 31 de agosto de 1997, cubriendo de ramos de flores los jardines de Kensington Palace y firmando libros de condolencia en todo el país.

tracking