Diario de León

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Cerco al virus del papiloma humano

Cambio en el cribado del cáncer de cérvix. La unidad de Colposcopia y Patología Cervical del Caule atiende a más de 2.900 pacientes

Patricia de Lucas Merillas, en la consulta de Colposcopia del Hospital de León. MARCIANO PÉREZ

Patricia de Lucas Merillas, en la consulta de Colposcopia del Hospital de León. MARCIANO PÉREZ

León

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El nuevo programa de cribado del virus del papiloma humano (VHP) de Castilla y León llevará a la unidad de Colposcopia y Patología Cervical del servicio de Ginecología del Hospital de León sólo llegan aquellas pacientes con un alto riesgo de padecer una displasia moderada-severa, que son lesiones precursoras de cáncer. «El nuevo protocolo que se aprobó en septiembre tiene como objetivo una atención más inmediata a las pacientes que tengan un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de cuello uterino, identificando lesiones realmente precursoras, que son sobre las que hay que actuar», explica la ginecóloga Patricia de Lucas Merillas, una de las cuatro especialistas al frente de una unidad con 4.000 consultas anuales en las que se atiende a 2.900 pacientes. Las pruebas de prevención y detección precoz del cáncer de cuello de útero se extienden a las mueres de 25 a 65 años que tienen o hayan tenido relaciones sexuales.

Los cambios vigentes desde el mes de septiembre, adelantándose a las recomendaciones la AEPCC (Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia) que aprobó la nueva estrategia en noviembre de 2021, establecen un abordaje diferente en el diagnóstico y la prevención en las mujeres a partir de los 35 años, a las que ya no se hace una citología sino que se busca directamente la presencia del virus del papiloma humano con una prueba más sensible para el cribado que la citología, que pasa a ser un método de triaje en segunda fase a partir de los 35 años.

Patricia de Lucas Merillas, ginecóloga, y Loli García Claro, enfermera. MARCIANO PÉREZ

Patricia de Lucas Merillas, ginecóloga, y Loli García Claro, enfermera. MARCIANO PÉREZ

Patricia de Lucas asegura que la evidencia científica ha demostrado que el cribado con una prueba de VPH tiene mayor sensibilidad que la citología para la detección de lesiones premalignas y mejor resultado en la prevención del cáncer de cuello uterino o cáncer de cérvix. «Las mujeres jóvenes menores de 35 años sexualmente activas tienen una alta prevalencia de infecciones VPH transitorias porque su sistema inmunológico limpia el virus de manera natural. Por ello, en estas pacientes, el cribado seguirá haciéndose con citologías ya que la detección del VPH por debajo de los 35 años no marca realmente el riesgo de lesión precancerosa». El objetivo del nuevo cribado es estratificar el riesgo de lesión precancerosa en base al genotipado de VHP y al triaje citológico de segunda fase, de tal manera que las pacientes de mayor riesgo lleguen lo antes posible a la consulta de colposcopia».

Con este cambio de protocolo, a las mujeres mayores de 35 años se les hará directamente una prueba de detección del viru del papiloma humano, para detectar los serotipos de mayor riesgo (16 y 18) causantes del 75% de los cánceres de cérvix.

La unidad de colposcopia del Hospital de León realiza más de 4.000 consultas al año. «El motivo de valoración más frecuente en la unidad de colposcopia del Hospital de León son las VHP positivos más persistentes. De las primeras visitas durante la última semana, seis pacientes presentaban una citología normal, dos tenían displasias leves y una con displasia severa, pero en todas se detectaron serotipos del virus del papiloma positivos con un riesgo mayor al 4% de desarrollar una displasia que pudiera evolucionar a cáncer si no se diagnostica y se trata precozmente».

El cribado del cáncer de cuello de útero se inicia a los 25 años, con independencia de la edad de las relaciones sexuales, del estado vacunal y otros factores de riesgo. «La incidencia de cáncer por el VHP por debajo de 25 años es muy baja, ya que las infecciones por VHP a edades jóvenes suelen ser transitorias y no causan lesión o si lo hacen, éstas suelen ser alteraciones leves que revierten espontáneamente». Los especialistas sí aconsejan que antes de los 25 años se promueva la prevención, la vacunación y la planificación familiar y prevención de otras enfermedades de transmisión sexual que están en aumento.

«El nuevo protocolo ya está totalmente implantado para las pacientes que llegan nuevas al cribado y temporalmente se solapan con el cribado que existía anteriormente, pero en cuanto todas las pacientes provengan del nuevo protocolo, se acortarán los tiempos de espera y se evitarán sobrediagnósticos y sobretratamientos, dando prioridad a las pacientes que realmente tengan riesgo de lesión», asegura la ginecóloga, una de las cuatro profesionales al frente de la unidad, de la que forman parte Mari Paz Reyero, Virginia Fernández González y María Otero Pardo.

Incidencia

El virus del papiloma humano provoca el 95% de los cánceres de cuellos de útero y los genotipos más agresivos son el 16 y el 18, que causan el 75% de los cánceres de cérvix. Los dos tipos de cánceres más frecuentes son el cáncer de células escamosas, que representa el 80% de los cánceres, aproximadamente, y el adenocarcinoma, que representa el 15%. «Ambos están relacionados con el VHP, lo que implica que tenemos el 95% de los cánceres de cérvix potencialmente prevenibles Con este nuevo protocolo de actuación llegarán antes a la consulta las pacientes con un alto riesgo de displasia moderada-severa, y por tanto, de desarrollar cáncer de cérvix si no se actúa, como pasa con los VHP 16-18 aunque no se asocie con una alteración citológica. La mayoría de las mujeres atendidas en la consulta tienen entre 35 y 50 años.

En la unidad se realizaron 124 conizaciones en el año 2021 (extirpación de lesiones en el cuello del útero bajo visión colposcópica, lo que permite delimitar el área de lesión al observarla con una lente de gran aumento). «Aunque la mayoría de las conizaciones que se realizaron presentaron alteraciones citológicas severas, en más de 42% estaban presentes lo serotipos 16 o 18, por eso es tan importante el cambio de cribado que se propone para las pacientes»

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