Diario de León
laza de San Marcelo, 1. OVIDIO PRIETO, 2021

laza de San Marcelo, 1. OVIDIO PRIETO, 2021

León

Creado:

Actualizado:

A finales de 1962, y para atender las necesidades derivadas del «mayor crecimiento de la población en los últimos años», el Ayuntamiento de León encarga a Prudencio S. Barrenechea, arquitecto-jefe municipal, un proyecto para la Ampliación y Reforma de la Casa Consistorial o ‘Casa de la Poridad’ construida por el gran Juan del Ribero hacia 1585 y considerada por cierta historiografía como su obra más palladiana (¡?). Encajó el programa de necesidades en el inmueble existente y su ampliación en el solar entonces ocupado por el Teatro Principal y la Gota de Leche. Proyectó un edificio de dos plantas, pero suprimiendo un tramo de la antigua fachada oriental para reproducirla al sur de un cuerpo central, de mayores proporciones, que albergara el nuevo Salón de Sesiones, utilizando para ello «la misma piedra para mantener la nobleza y dignidad», así como «el carácter y composición de las fachadas preexistentes». Es decir, persiguiendo la «unidad de estilo» dos años antes de la aprobación de la Carta de Venecia sobre conservación y restauración monumental. Sin embargo es Luis Menéndez Pidal, arquitecto conservador de Monumentos de la Primera Zona, quien en 1967 proyecta y construye las ‘Fachadas de Cantería del Ayuntamiento de León’ partiendo de los planos de Barrenechea, pero imitando fielmente las trazas de Ribero con su doble orden de columnas y pilastras dóricas y jónicas. Concibió el cuerpo central saliente y su fachada a la plaza de San Marcelo con la clásica división tripartita. Planta baja con pórtico abierto, abovedado y apilastrado, y en su frente cinco arcos de medio punto sobre pilares y semicolumnas dóricas adosadas soportando un entablamento sin triglifos ni metopas. Un primer nivel con balcón corrido y balaustres de forja al que abren vanos adintelados enmarcados entre medias columnas jónicas bajo cornisamento de friso abombado. Y un tercer orden a modo de ático con óculos ciegos –el central con un león coronado— entre simplificadas pilastras que parecen sostener otro entablamento sin arquitrabe, pero con friso liso y cornisa denticular, culminado por una especie de frontispicio o ‘peineta’ blasonada rescatada del primitivo Consistorio… ¡Todo tan manierista y monumental!... Obviando la pertinente polémica sobre «intervenciones en edificios históricos», León tuvo suerte, Barrenechea y Menéndez Pidal eran dos buenos arquitectos… Pero eso es otra historia.

tracking