Diario de León

Igüeña: un baño entre montañas en el Boeza

El entorno no puede ser más idílico y a solo cinco kilómetros está Colinas del Campo de Martín Moro Toledano, a los pies del Catoute

La playa fluvial de Igüeña, en el río Boeza, está localidad al principio del pueblo. AYTO. IGÜEÑA

La playa fluvial de Igüeña, en el río Boeza, está localidad al principio del pueblo. AYTO. IGÜEÑA

Ponferrada

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Tal vez Igüeña sea el destino que se presente en la mente de cualquiera que cierre los ojos para imaginar un municipio de montaña perfecto para desconectar la mente y activar el cuerpo, para descansar, para alejarse del ruido que no sea natural, para sentir el aire fresco en las primeras horas del día y dejar que el agua arrugue la piel en un baño en el río Boeza. Tal vez sea Igüeña un destino perfecto para perderse y volverse a encontrar. Cualidades le sobran y opciones también. Su playa fluvial es una y el punto de partida perfecto para descubrir todo lo demás.

¡Qué no va a tener el municipio que alberga uno de los pueblos más bonitos de la provincia, el del nombre más largo: Colinas del Campo de Martín Moro Toledano! Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Conjunto-Histórico, a 1.200 metros de altitud y a los pies del imponente Pico Catoute, este pueblo de montaña enamora a quien lo pisa y ofrece un entorno plagado de robles, abedules, acebos, tejos, avellanos y muchas flores silvestres solo por citar algunos. Si leerlo suena bien, sentirlo no tiene precio. Y una manera de hacerlo es empezando en la zona de baño natural que ya está habilitada para ello, a la entrada del pueblo de Igüeña.

Las aguas cristalinas de uno de los ríos más destacados del Bierzo, el Boeza, crean un oasis entre montañas que se complementa con todos los servicios necesarios para disfrutar de un día redondo o dos o tres o los que se tercien. Justo al lado de la playa fluvial está el bar y restaurante del mismo nombre, también hay una zona habilitada como merendero con pérgola incluida y no falta un parque infantil para el disfrute de los más pequeños cuando no estén en el agua. A su vera está también el albergue del Catoute y en el pueblo hay más bares para poder comer y/o tomar algo. También en Colinas, que está a solo cinco kilómetros de Igüeña, hay un restaurante.

En el último año, el Ayuntamiento de Igüeña ha invertido en la ampliación de la zona verde de la playa fluvial para ganar capacidad y poder acoger con más soltura a vecinos y visitantes que llegan entre semana y, sobre todo, los fines de semana del verano para disfrutar de unas instalaciones muy cuidadas.

El día está hecho para quien lo empiece aquí y si no le faltan ganas, además de conocer el ya mencionado Colinas del Campo de Martín Moro Toledano o cualquier de los pueblos del entorno y hasta aventurarse a subir al Catoute (2.117 metros), también puede hacer un tramo del llamado Camino Olvidado o Camino de la Montaña. Una ruta alternativa al Camino Francés en dirección a Santiago de Compostela por la zona norte de España que, en Igüeña, alcanza la etapa 19 que le une con Fasgar (Murias de Paredes).

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