La riqueza escondida tras los antruejos toma León
Un sinfín de personajes vestidos de saco o de blanco inmaculado, de pelajes de animales o con lustrosas máscaras de colores o de madera recorren la capital leonesa para poner el acento en las tradiciones
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A pesar de que la lluvia se escapó en algunos momentos del día y las comitivas del antruejo vieron peligrar su desfile para conquistar la capital leonesa, finalmente los singulares trajes de los carnavales más ancestrales de los pueblos leoneses pudieron hacer su desfile para llegar a los pies de la Catedral.
La comitiva antruejera la abrieron los personajes, con sus toros y sus guirrios, de Alcoba de la Ribera, que dieron paso a los jurrus y la birrias de Alija del Infantado. Desde la localidad berciana de Tremor de Arriba llegaron las burras a las que perseguían los zafarrones de Riello. De Velilla de la Reina, junto con sus deslumbrantes toros y guirrios, todos los personajes de saco, madera y pellejos y tras ellos los campanones de Pozos de Cabrera. Desde Santa Olaja de Eslonza, sus singulares guirrios seguidos de los madamitos de Cimanes del Tejar; desde Riaño sus zamarrones y sus damas del antruido y para cerrar la comitiva, también guirrios, toros o el hombre de la Cancilla de Carrizo de la Ribera. Estos son sólo algunos de los fantásticos y singulares personajes que tomaron ayer la capital leonesa para recordar que la tradición en los pueblos sigue viva y que es en ellos donde la provincia cuenta con sus mejores valedores para salvaguardar la riqueza de León.