Diario de León

JESÚS HERNÁNDEZ | REPRESENTANTE PUEBLO GITANO EN LEÓN

«Que todavía exista chabolismo es una vergüenza para León»

León

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Jesús Hernández, representante del pueblo gitano en León, prefiere no llamarse el patriarca, como se decía antes. «Somos un consejo de ancianos, donde se habla de los temas que nos preocupan y se toman decisiones», matiza. Nacido en 1956 en «la maravillosa plaza del Grano, donde una gitana me trajo al mundo», se siente tan orgulloso de sus orígenes leoneses como de ser gitano.

—¿Qué temas preocupan al consejo de ancianos del pueblo gitano en León?

—Sobre todo la discriminación. Personalmente, estoy preocupado y alarmado por el antigitanismo. Recientemente ha salido una ley que aún brilla por su ausencia. Tenemos el caso de Peal de Becerro (una familia fue desterrada por votación del pueblo tras ser acusados dos gitanos del asesinato de un joven), donde a día de hoy todavía no hay ningún imputado ni detenido, ni investigado. Este rechazo de la sociedad no es incomprensible. Llevamos muchísimos en España y todavía hay este rechazo.

—¿En qué ámbitos ven más esa discriminación?

—Me llama la atención cuando la gente dice que no queremos integrarnos. Los que me dicen eso son los que rechazan a los gitanos cuando van a alquilar una casa, son los que cuando ven un curriculum para un puesto laboral y ven los apellidos, enseguida lo tiran a la papelera. Son los que dicen que no queremos integrarnos. Se nos ha negado el pan y la sal. Me gustaría presentar un futuro para los que vienen detrás de nosotros. Hay una canción de un cantante que dice: «Mis cadenas, mi condena es pensar que mis hijos vienen camino de estas cadenas. Nos horroriza pensar que nuestros nietos y bisnietos se encuentren con una sociedad tan cerrada, tan discriminatoria. Queremos abrirles puentes y puertas para poder convivir en la sociedad.

—¿León se libra de esta actitud de discriminación que denuncia?

—No, desgraciadamente. Me gustaría decir que sí.

—¿Qué reivindica en un día como hoy?

—Ahora estamos reivindicando el estatuto cultural del pueblo gitano. Se nos debe desde 1978. Cuando la ansiada democracia llegó a España, todos los pueblos reivindicaron poder recuperar su lengua (gallegos, vascos, catalanes) y se les dio su estatuto. A los gitanos se les negó su estatuto cultural, no territorial. Queremos un estatuto cultural que acepte la cultura gitana como una riqueza de este país.

—Con el pacto de estado y los fondos europeos hay posibilidades de inversiones para erradicar el chabolismo. ¿Se está haciendo algo en León?

—No se está haciendo nada. Todavía tenemos las chabolas de la zona de los hospitales y Las Graveras.

—¿Debería hacerse?

—Estamos reivindicando que se haga algo, que se solucione. Que todavía exista chabolismo es una vergüenza para España y para León.

—¿Qué avances se han producido en León?

—Que haya comunicación y armonía con el Ayuntamiento, que se nos escuche es un avance.

—La educación es uno de los ámbitos donde se están visibilizando cambios importantes en las nuevas generaciones. ¿Cómo lo valora?

—Es algo fundamental. Afortunadamente, el absentismo escolar ha disminuido mucho y nuestros jóvenes están tomando conciencia de que la educación nos abre puertas a la libertad. Y las personas mayores tenemos conciencia de que nuestros hijos y nietos se escolaricen y se eduquen porque la mejor herramienta para luchar contra la discriminación es la educación.

¿En qué medida se están beneficiando las mujeres gitanas de estos avances?

—Me has puesto el dedo en lo más importante. Nos sentimos orgullosos de nuestras mujeres y yo quisiera romper una lanza a favor de ellas. La mujer gitana siempre ha sido punta de lanza. Es la que ha mantenido el ascua de nuestra cultura. Es la que siempre se ha estado preocupando. Si estamos todavía vivos es gracias a la intervención de la mujer gitana. Y como es lógico, en las nuevas generaciones siguen siendo punta de lanza. De hecho, tenemos muchas gitanas en las universidades y se están abriendo camino.

—¿Hay mujeres en el Consejo de Ancianos?

—No, todavía no. Pero estamos luchando contra la gerontocracia. Queremos que se dé entrada a jóvenes a participar, para que sea una democracia. Pero como los asuntos familiares los llevan todavía los hombres, las mujeres no están. Pero quiero decir que nuestras mujeres aconsejan. En mi casa, digo las propuestas y es mi mujer la que me corrijo y es mi hija la que me da alternativas. Me imagino que como pasa en mi casa, pasará en las demás.

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