Diario de León

La vacuna del covid da el Nobel

Katalin Karikó y Drew Weissman, la pareja científica que desarrolló el uso terapéutico del ARNm es elegida por la academia sueca para el premio de Medicina

Katalin Karikó y Drew Weissman. PEGGY PETERSON PHOTOGRAPHY

Katalin Karikó y Drew Weissman. PEGGY PETERSON PHOTOGRAPHY

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EFE

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El Nobel de Medicina ha distinguido este lunes a la húngara Katalin Karikó y al estadounidense Drew Weissman por sentar las bases para el desarrollo de las vacunas con ARN mensajero (ARNm) contra la covid-19 y otras enfermedades infecciosas.

Sus investigaciones no solo alteraron la comprensión de «cómo el ARN mensajero interactúa con nuestro sistema inmune», sino que fueron «cruciales» para obtener vacunas efectivas a un ritmo «sin precedentes» durante «una de las grandes amenazas a la salud humana en tiempos modernos», destacó la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo.

Los descubrimientos sobre las modificaciones de las bases de nucleósidos logrados por ambos investigadores podrían ser usados además en el futuro para tratar ciertos tipos de cáncer y producir proteínas terapéuticas.

La presidenta del comité nobel de Medicina, Gunilla Carlsson indicó, en la rueda de prensa posterior al anuncio del premio, que el éxito de las vacunas contra la covid-19 han tenido una enorme repercusión en el interés de las tecnologías basadas en ARNm. Entre las aplicaciones enumeró nuevas vacunas contra otros virus, como el de la gripe, esta tecnología es una plataforma «rápida y flexible» para realizarlas. Además, se investiga en vacunas terapéuticas para el cáncer, ya sea de manera personalizada o más general, y existen ensayos clínicos para administrar proteínas terapéuticas. «Hay mucho trabajo que veremos en el futuro», dijo Carlsson.

El fallo resalta que durante mucho tiempo ha habido vacunas basadas en virus muertos o debilitados, pero que no fue hasta décadas recientes, gracias a los progresos en biología molecular, que se empezaron a probar otras a partir de componentes virales individuales.

Usando el código genético viral se han obtenido así vacunas contra la hepatitis B o el ébola. El hecho de que la producción de vacunas basadas en virus, proteínas o vectores requiera cultivo celular a gran escala, lo que limita la producción en caso de brotes o pandemias, ha impulsado durante tiempo a los científicos a buscar tecnologías de vacunas independientes de este.

En la década de 1980 se introdujeron métodos eficientes para producir ARNm sin cultivo celular, denominados transcripción in vitro, pero su inestabilidad, las dificultades para producirlo y que causase reacciones inflamatorias limitó sus aplicaciones clínicas.

Mientras trabajaban en la Universidad de Pensilvania (EE.UU.), Karikó y Weissman, que compartían su interés por el uso terapéutico del ARNm, empezaron a colaborar en las diferentes formas de interacción de este con el sistema inmune. Descubrieron que las células dendríticas —importantes en la vigilancia inmunitaria y la activación de respuestas inmunológicas inducidas por vacunas— reconocían ARNm transcrito in vitro como una sustancia extraña que las activaba y liberaba moléculas de señalización inflamatorias.

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