Diario de León

PRESIDENTE POR LA CRISIS

Argentina, que afronta la campaña electoral con la peor inflación de los últimos 40 años, mira hacia el populismo para buscar una solución desesperada

tomás cuesta

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Argentina lleva más de dos décadas a la espera de que algún Gobierno la salve de un colapso económico que cada año empeora. Presidente tras presidente ha prometido levantar al país en materia financiera, pero ninguno lo ha logrado. A menos de tres semanas las elecciones generales, previstas para el día 22, el Estado austral se hunde en la peor inflación desde 1991. En lo que va de este año, la vida se ha encarecido un 80,2% y se vaticina que cerrará con al menos 120 puntos porcentuales por encima de la cifra de 2022. Un registro de récord que se intenta solventar con los recientes alivios tributarios para los de menos recursos. La potencia latinoamericana del siglo pasado ha pasado a estar sumida en una de las peores crisis del continente. Este escenario marcará el destino en las urnas. La bandera de la economía toma relevancia entre los cinco candidatos que se disputan la Casa Rosada. Pero sólo tres resuenan en la escena pública. El economista Javier Milei, de La Libertad Avanza; el actual ministro de Economía, Sergio Massa, por la coalición oficialista; y la opositora Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio. Uno de ellos tendrá que obtener el próximo mes más del 45% de sufragios a favor si quiere ser presidente en la primera vuelta. De lo contrario, habrá una segunda el 19 de noviembre. El populista Milei lidera los últimos sondeos. Sorprendió al ganar las primarias de su partido con su discurso ultraliberal -que en algunos aspectos se ciñe a las ideologías de Trump y Bolsonaro, con los que ya ha dicho sentir empatía-, y lo continúa haciendo al ubicarse como el posible próximo gobernante de una Argentina «en llamas» en la que el Gobierno ha incrementado en un 22% el valor del dólar oficial, desatando una subida generalizada de precios. Casi la mitad (un 46%) de la población es oficialmente pobre. Justo a ellos apuntan las nuevas medidas económicas anunciadas por Massa. Con ellas pretende conquistar a la clase media y baja. En septiembre entró en vigor la devolución de cierta parte del IVA -entre 10,5% y 21%- de productos de la canasta básica. Además se modificó por decreto el piso a partir del cual los empleados empiezan a pagar el impuesto a las ganancias. Una regulación criticada por la oposición en un momento en el que el Ejecutivo de Alberto Fernández intenta con dificultades controlar el déficit fiscal.

Massa se proclama como el que «devolverá algo de poder de compra a los ingresos de los argentinos» para «relanzar» su candidatura después de estar en el punto de mira debido a la crisis que su cartera no logra contener. Un declive que ha sido calificado como «una vergüenza» por la candidata conservadora Patricia Bullrich, exministra de Seguridad en el período de Mauricio Macri (2015-2019). «No es sólo inflación. Es el número que resume la tragedia que nos dejan Massa y el kirchnerismo», lamentó la aspirante, que formó parte del Gabinete que también dejó endeudada a Argentina con el Fondo Monetario Internacional.

El ala izquierdista del peronismo, que estuvo en el poder durante casi treinta años, se enfrenta a sus peores años. Su mejor arma era su líder, la actual vicepresidenta y dos veces mandataria, Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015). Sin embargo, la dirigente tuvo que autoexcluirse de la carrera electoral desde diciembre, cuando fue condenada por corrupción. Aunque sus casos fueron sobreseídos entonces, la Justicia ha reabierto las dos causas por blanqueo de dinero y por «ocultar» a sospechosos iraníes que habían atacado la sede de la comunidad judía en Buenos Aires. Con esa carta por fuera de la baraja y con la popularidad por debajo del 30% del actual presidente, Alberto Fernández, se vaticinaba ya en mayo un escenario difícil para el candidato oficialista, Sergio Massa. Entonces el ministro de Economía aún no era el representante de la formación de centroizquierda, ya que se temía que pidiera apoyo en las urnas mientras su cartera colapsa. Los presagios se han cumplido. Sólo queda por ver si el día 22, el kirchnerismo llega a su final. La situación ha desbordado la paciencia de los ciudadanos. El país está al borde de un estallido social. Ya en agosto cientos de argentinos asaltaron supermercados y tiendas..

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