Diario de León

BURBUJAS LABORALES

Las nuevas estructuras modulares y acristaladas de tamaño reducido protegen de la contaminación acústica y ofrecen privacidad, permitiendo el contacto visual con el entorno. Son espacios de trabajo ideales para concentrarse, reunirse y hablar por teléfono sin molestar ni ser molestado, según los expertos

sara yenesen

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Mantener la privacidad y la concentración en lugares de trabajo y espacios híbridos (que combinan el teletrabajo y el trabajo presencial) o polivalentes (utilizados para distintas aplicaciones), se ha convertido en una necesidad, en entornos con mucho ruido y movimiento como oficinas, hoteles o aeropuertos, según los especialistas en estructuras y mobiliario de uso laboral. Para muchas compañías se ha vuelto un desafío mejorar el ambiente donde trabajan sus empleados, tanto para mejorar su bienestar físico y mental como para mejorar su productividad y motivación, las cuales disminuyen en entornos laborales con elevada contaminación acústica, según indican algunos estudios.

Una de las tendencias en auge para solucionar este problema son los «puntos burbuja», cabinas modulares, personalizables y acristaladas para una, dos y cuatro personas, con conectividad integrada y equipadas con accesorios, como mesas bajas y altas, asientos mullidos, taburetes y soportes para colgar pantallas.

Estas cabinas, denominadas Qyos (tomando su nombre de la isla griega de Quíos), incluyen elementos de plástico PET reciclado, y pueden montarse y desmontarse con rapidez y facilidad, gracias a sus elementos constructivos de ajuste rápido, preciso y estable, y su sistema de clipado que no requiere el uso de herramientas, según su diseñador y fabricante, Actiu (www.actiu.com). Su estructura se basa en bastidores de acero y perfiles de aluminio extrusionado; su puerta se puede orientar en diferentes direcciones adecuadas al uso que se le va a dar y su acabado incluye distintas opciones de revestimientos internos y externos, textiles y con materiales melamínicos y de resina texturizada.

Además, las cabinas Qyos destacan por el confort lumínico, acústico, respiratorio y electrónico, que ofrecen y que aportan respectivamente su iluminación LED de bajo consumo, sus vidrios con elevada absorbencia de sonido ambiental, su sistema de ventilación y renovación del aire, y su conectividad integrada, según esta misma fuente.

Estos «puntos burbuja» son ideales para disfrutar de momentos de privacidad, hacer llamadas sin causar molestias a los demás ni ser molestado, mantener reuniones presenciales o virtuales o centrarse en tareas que requieren mucha concentración, durante el trabajo, señala Soledat Berbegal, directora de Marca, de Actiu. Estas cabinas se han diseñados en versiones para una, dos o cuatro personas, adecuadas a distintos usos, según añade.

Señala que estos puntos ofrecen espacios de calma y refugio en entornos de actividad intensos y colaborativos, y no solo facilitan la productividad del empleado, sino además que «le aportan un bienestar real, porque el ruido perturba, lleva a una gran insatisfacción y no favorece el enriquecimiento laboral». «La cabina puede facilitar el día a día de las personas, y en el caso de quienes presenten alguna neurodiversidad o un exceso de estrés, es el lugar ideal para centrarse y calmarse. Un rincón de sosiego, acogedor, donde se puede practicar una relajación, hacer respiraciones o destinarlo al trabajo creativo», puntualiza.

Consultada sobre durante cuánto tiempo se recomienda permanecer dentro de un ‘punto burbuja’ y cada cuánto conviene hacer pausas y salir fuera, Berbegal considera que 45-50 minutos sería un máximo de permanencia adecuado, atendiendo sobre todo a conseguir resultados óptimos en trabajos de concentración. «Sin embargo, en un entorno de trabajo con muchas personas interesadas en utilizar estas estructuras modulares, lo habitual es que estas cabinas sean utilizadas por periodos más cortos, por ejemplo: 10 minutos de conversación telefónica, o 15 minutos de reunión, videoconferencia o trabajo concentrado», argumenta.

Berbegal considera que en el trabajo del día a día es conveniente cambiar de postura, moverse, alternar distintos tipos de trabajo (concentración, colaboración, socialización, aprendizaje) y cambiar de espacios físicos para abordarlos. Por ejemplo, «cuando intentas concentrarte y no acabas de lograrlo, es necesario parar y dejar esa tarea durante 5-10 minutos para mover el cuerpo, distraerse mirando la ventana, descansar sin utilizar dispositivos digitales, estirarse, caminar, tomar un café, ir al baño, comer algo, salir a la terraza, hacer relajación o simplemente beber agua», concluye la especialista.

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