«Abriremos en Veguellina de Órbigo el primer piso tutelado rural para personas con discapacidad»

Corría el año 1964 cuando un grupo de familias, preocupadas por el futuro de sus hijos e hijas ‘subnormales’, como se les llamaba entonces, se unieron para crear una red que les atendiera especialmente cuando ellos faltaran. Se van a cumplir los 60 años de andadura y no sólo han cambiado las palabras. «No tiene nada que ver con la atención que se prestaba hace 60 años, que era meramente asistencial para cubrir necesidades básicas. Ahora está en el ámbito de la inclusión», subraya Pedro Barrio.

Las personas con discapacidad intelectual son ahora ciudadanas con capacidades diferentes que aspiran a los mismos derechos que el resto de la población, protagonizan logros impensables hace seis décadas, y no sólo por la longevidad, y luchan por ser visibles en la sociedad. Asprona-León es hoy una entidad en la que trabajan 396 personas, unas 140 en sus dos centros especiales de empleo con el 90% de la plantilla con alguna discapacidad. Su ámbito de actuación ha saltado del ámbito de la discapacidad intelectual a la dependencia desde que en 2012 se modifica la ley de Servicios Sociales.  «Hay un cambio de paradigma en los servicios sociales y sobre todo en la discapacidad y respondemos a las nuevas necesidades».

Fruto de este cambio son los dos programas que ha asumido por encargo de la Gerencia de Servicios Sociales y que suman más de 140 servicios, sobre un millar de personas vinculadas a la entidad en sus diferentes áreas.  «Son un millar de ciudadanos leoneses en la sombra junto con todos los profesionales y proyectos innovadores manteniendo el espíritu de lucha de los inicios».

Intecum es el programa de atención a pacientes al final de la vida, que incluye la prestación de apoyo a enfermos de ELA. ‘A gusto en casa’ se centra en ofrecer apoyo en el hogar, tanto humano como técnico, para que personas con dependencia no tengan que ser institucionalizadas. Intecum se desarrolla en toda la provincia, mientras que ‘A gusto en casa’ se ciñe al mundo rural fuera de los tres grandes ayuntamientos. «Estos programas tienen como objetivos garantizar la atención a las personas y darles más calidad y calidez en la atención, a la vez que frenar la institucionalización, pero también son medidas para evitar la despoblación y generar empleo en el medio rural», explica el gerente. 

Asprona-León mantiene su actividad institucional a través de sus centros troncales. Tres residencias, once centros de día y 15 viviendas tuteladas. El número de personas que reside en casas tuteladas, 108, ya es superior a las que viven en residencias, 93. Es un signo de los nuevos tiempos que apuntan a la máxima desinstitucionalización paralelamente a «un modelo de atención centrado en la persona y en sus deseos y decisiones de vida», añade el gerente. La última adquisición para abrir una nueva vivienda tutelada supondrá la apertura del primer piso en el medio rural para personas con discapacidad. Se ha elegido la localidad de Veguellina de Órbigo para que las personas que acuden al centro de día no tengan que desarraigarse cuando pierdan autonomía o no puedan vivir en sus casas por falta de presencia familiar, como sucedió en Calzada del Coto. El siguiente lugar para una nueva vivienda tutelada será Valencia de Don Juan.

Hacer uso de los servicios comunitarios es otra de las vertientes novedosas. «Eso es la inclusión y además lo que hacemos desde los centros no da total cobertura», apostilla.

Asprona-León cuenta con una unidad de transición a la vida adulta para alumnado de 16 a 21 años en la calle Julio del Campo y  los itinerarios personalizados de formación y empleo para personas 21 a 30 y mayores de 30 en Quintana Raneros.

Los centros especiales de empleo, San Nicolás de Bario y Emplea, trabajan en el sector de jardinería, limpieza, lavandería, catering e incluso un parking, el de Eras de Renueva, cuyo contrato ha caducado y gestionan en precario a la espera de que el Ayuntamiento de León haga sus deberes.

El programa de asistencia personal va en aumento y cuenta ya con 52 asistentes personales. «Se está potenciando la asistencia personal porque está incluido en el catálogo de servicios sociales y es la mejor herramienta para que las personas tengan cubiertas sus necesidades y tomen sus propias decisiones», puntualiza la entidad, que este año alcanza su récord presupuestario, con 9,5 millones de euros, y de plantilla, con las 396 personas empleadas en la entidad.

La figura de las personas cuidadoras es la que más se visibiliza en Asprona-León, pero detrás de ese grupo de trabajadores y trabajadoras está el equipo de gestión. Al frente se encuentra un equipo que lidera Pedro Barrio desde hace una década como gerente. José Manuel Travesí es el director económico-financiero; Enrique Martínez es el director de Recursos Humanos; Alfredo González Murciego es el director del área social; Juan Carlos Pulgar lleva el área de empleo; Rosa María Gutiérrez es la directora de sistemas e infraestructuras y Soraya López Díez, directora de la red de viviendas y residencias.

«Todo lo que está consiguiendo Asprona-León es gracias al trabajo en equipo. Aquí todas las personas son necesarias, desde el operario de limpieza hasta el gerente», asegura el gerente. 

Barrio destaca el valor añadido al perfil profesional de Asprona «es la empatía, la honestidad y la entrega de los trabajadores», con el apoyo de «una junta directiva que asume estar al frente de una entidad tan grande y necesaria con respeto». Teresa Zapico es la presidenta de esta junta integrada por seis hombres y seis mujeres. «Asprona nunca duerme, estamos  365 días al año y 24 horas al día y con las personas usuarias se crean vínculos irrompibles», puntualiza el equipo. El objetivo global de la entidad, entidad reconocida con la Medalla de Oro de la Provincia, el distintivo Óptima de igualdad de la Junta de Castilla y León, el Premio Diario de León al Desarrollo Social y los Valores Humanos y el sello de calidad ISO renovado, es «garantizar que las personas tengan los apoyos necesarios para la plena inclusión en una sociedad justa y solidaria, porque las administraciones, particularmente las locales, no son justas ni solidarias con las personas con discapacidad y dependientes», incide Pedro Barrio.

Para garantizar la ciudadanía y la plena inclusión Asprona-León ofrece también servicios de ocio y tiempo libre y fomenta la participación y la ciudadanía activa, así como la accesibilidad universal, con las guías y cartelería de lectura fácil y el diseño de adaptaciones para que «las personas con discapacidad puedan moverse en todos los entornos de la comunidad». El Musac es uno de los lugares donde se han implantado guías de lectura fácul para las exposiciones y próximamente se dispondrá de una audioguía para el Museo de la Emigración Leonesa (MEL) locutada en lenguaje accesible. Estas adaptaciones están validadas por personal técnico y personas con discapacidad.

Con los preparativos en mente para conmemorar el 60 aniversario de la entidad, el equipo de gestión señala que «la sociedad leonesa estaría coja sin Asprona-León. Se nos echaría de menos si no estuviéramos, aunque no se nos vea».

Actualmente, una de las mayores necesidades que ven en el ámbito de la discapacidad es investigación sobre el envejecimiento. «El aumento de la esperanza de vida de nuestros usuarios es una realidad y el resultado de la mejora de los cuidados», subraya. Pero también sufren las consecuencias de la vejez de una manera particular. «Las demencias y el deterioro cognitivo está por investigar», añade el equipo.Lamentan que el Imserso prescindiera del proyecto para convertir la Ciudad del Mayor en un centro de investigación del envejecimiento en las personas con discapacidad. 

A día de hoy tienen personas hasta de 85 años en sus residencias, unos dispositivos que se están quedando cada vez más para los mayores. «Por ese lado no vamos a crecer, la apuesta es por las viviendas», apostilla el gerente.

Otro problema que afecta especialmente a Asprona-León es la subida del salario mínimo interprofesional sin que esta medida se haya acompañado de un incremento en las ayudas públicas a los centros especiales de empleo. «Esta subida nos deja fuera del mercado porque donde una empresa normalizada necesita un profesional, nosotros necesitamos dos», sentencia Pedro Barrio.

La experiencia en el terreno de la discapacidad y la inclusión la da tablas para afrontar en un futuro próximo la atención temprana. «El centro base está desbordado». La entidad se rige por planes estratégicos. Actualmente está en vigor el aprobado para el periodo 2023-2027, en el que se han incluido como eje transversal los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o Agenda 2030. Cada año, a su vez, se aprueba un plan de acción. «Se han reforzado los temas de inclusión y las adaptaciones para las mayores exigencias que la administraciones nos ponen en el control de los centros», explican.

El equipo de gestión, en la sede de Ana Mogas, es la caja de máquinas, el cerebro y parte del corazón de la entidad. «Aquí tramitamos las subvenciones, es el primer contacto de las familias con la entidad, se pagan las nóminas, y están los servicios de orientación. Sin este equipo de’jinetes’ en la sombra la labor de Asprona sería inviable.