Los astros barruntan un año «fresco»

La influencia zodiacal en los ritmos del planeta y la sabiduría popular se conjugan en este calendario que Francisco Alonso elabora desde hace más de veinte años como una guía para las personas que practican la labranza escuchando a la tierra o para quienes se proponen iniciar una obra de construcción, amasar pan, o entregarse a las artesanías que trabajan con materiales vivos.

«La idea que guía este calendario es crear un soporte del ciclo ‘solar-lunar’ que sirva de orientación al ‘cómo’, ‘cuándo’ y ‘dónde’ de nuestras experiencias agrícolas y artesanales», apunta. Los trabajos y los días que están regidos por un ritmo aparentemente monótono, pero siempre cambiante. «El amanecer con Solsalir y la puesta del Sol con Solponer, la presencia silenciosa de Luna, los luceros del alba y los vespertinos, brillando, las estrellas titilando, una estrella fugaz..., son acontecimientos observados y señalados como un conjunto ordenado de influencias que rigen la actividad vital del planeta al unísono cosmotelúrico con la marcha del universo», apunta el arquitecto. El calendario ha tomado el nombre de San Jorge, patrón simbólico de los agricultores por el mito griego de Xorge, el cultivador, «que se celebra en primavera con la llegada del dragón que trae la fertilidad a la tierra».

El calendario, como reza su subtítulo, señala los días serenos de laboreo y albañilería. Con ‘febrerico loco’ ya andando en el 2024 y las predicciones de enero bastante ajustadas a la realidad (húmedo y templado con lluvias con Luna nueva y llena), el invierno seguirá suave hasta mediados de mes que vendrá más frío con luminosidad, heladas y lluvias.

Con la luna descendente vienen los días favorables para podar y plantar árboles, para talar madera para la construcción o para leña. y con la luna ascendente se pueden preparar las varas para los injertos. Los días «alterados» —10, 11 y 13— son los desaconsejados para cualquier tipo de laboreo.

En marzo, la primera quincena se prevé fría y con heladas y la segunda revuelta, como es propio del mes, «pero menos frío». Los últimos trasplantes de árboles frutales, la poda de vides, árboles y setos, la plantación de sarmientos para de vid o el embotellado del vino son labores que se verán favorecidas por la luna descendente en este mes que, el día 20, marca el inicio de la primavera.

En marzo también arranca el «buen caminar», con la Luna nueva y favorecido por el Sol en Acuario hasta el 13. Buen momento, dice el arquitecto, para que las peregrinaciones tomen impulso en el nuevo año. Y terminará el mes con el famoso refrán del pastor: «Ay marzo, marzuelo, tú te vas y yo me quedo, con el rebañico entero». Pero, marzo, que es de agárrate, saldrá respondón: «¡Ay, pícaro pastor, con tres días que me quedan y dos que me preste mi hermano abril te he de ver he de hacerte andar con las pellejicas al hombro y las cencerras al cadril!».

Abril se anuncia en el calendario San Jorge con lluvias. Será un mes claro con posibles heladas los días 21 y 22. Salvo los días alterados para laboreos que señala el calendario, este mes es propio para siembras y trasplantes en general. Fréjoles y habas, hojas y lino, flores y alcachofas, patatas, remolacha, zanahorias y garbanzos tienen sus días propicios para la siembra en este mes. Lo señalan los astros y lo corrobora el refranero: «Por san Jorge, tu garbanzal, ni nacido ni por sembrar».

Mayo también comenzará con lluvias y el riesgo de heladas se mantiene en algunos de los últimos días del mes. Es buena época para la siembra del perejil, lechugas, espinacas y otras hojas. La Luna llena del día 23 alerta de pulgones y babosas, así que hay que vigilar los brotes y tratarlos con las plantas recomendadas.

Cuando el Sol deja Aries y entra en Tauro, el 14 de mayo, es momento ideal para prevenir los catarros de garganta y como hasta el 40 de mayo no hay que quitarse el sayo, el abrigo y el calzado deben ser cuidados en este tiempo. El calendario San Jorge ofrece consejos para la vida cotidiana y recomienda zapatos de media suelas con canutillo conductor a tierra y no con goma que aísle.

Junio «seguirá fresco y húmedo». «A últimos llegará el calor, y a finales, mucho calor», pronostica este almanaque. Francisco Alonso aconseja recoger plantas medicinales antes del solsticio las mañanas claras, según días, hojas, luz y fruto.

Julio comenzará fresco y luminoso y a mediados hará calor. Segar, trillar y cosechar cereales son labores agrícolas de este mes, al igual que los acolchados y trasplantes de berzas, repollo y otras plantas de hoja y los laboreos de aricado, cavado y mullidora para romper corteza en frutos. «Es tiempo de acopiar material para la construcción y el barro dejarlo expuesto al soleamiento», dice el arquitecto, a partir del día 20, cuando el Sol entra en Cáncer.

Agosto será un mes poco caluroso y térreo. Época de siembra de grelos, nabos y otras raíces. la Luna llena del 19 es buena para los riegos. Y las plantas aceleran su maduración y picores con la entrada del Sol en León el día 12. Habrá noches diáfanas para ver las estrellas fugaces.

El otoño se adelantará en septiembre y a últimos ya se esperan heladas. Buen tiempo para recolectar frutos y elaborar envasados y también para recoger cebollas, patatas y zanahorias con la Luna descendente.

La Luna de octubre, que cinco lunas cubre mantiene el tiempo otoñal y a mediados de mes se prevén lluvias. Es tiempo de arar y abonar para el invierno, plantar bulbos y raíces, en luna descendente. En luna ascendente, es el tiempo de vendimiar frutos y elaborar conservas.

Noviembre será un mes frío y a finales lluvioso. Propio para recolectar membrillos y para sembrar trigo y otros cereales en los primeros días del mes. Diciembre será un mes lluvioso con nieve a mediados.

Acaba el año pero no el calendario San Jorge que sigue con recomendaciones para diversas tareas según las fases lunares.

Francisco Alonso combina los ciclos de la Luna y el Sol con ejercicios tradicionales como las cabañuelas y el refranero popular para elaborar el singular calendario San Jorge que este año llega a las librerías de siempre (Pastor, Artemis y Alejandría) con un aparente retraso. No es que las cabañuelas hayan tenido la culpa, pero en esta ocasión el arquitecto leonés quiso completar el ciclo de observación, desde el 13 de diciembre hasta el 6 de enero, para cerrar un calendario. «No apetece terminar un año sin haber terminado el anterior y, además, en enero, no hay tanta necesidad de ir al huerto, qu e está el terreno enturonao ( duro)». Las cabañuelas son para Alonso «una meditación» en la que el ser humano se pone en conexión con la naturaleza para intentar extraer sus señales y ofrecer la mejor predicción del tiempo.

El calendario está consolidado en sus líneas generales y rinde tributo tanto a sabias como María Thun, de quien recogió su experiencia agrícola abierta al recorrido zodiacal de la Luna, como a sus padres y abuelos que «sembraron hasta su madurez la hoja y a la contrahoja». Agradece también la experiencia de las «buenas gentes de la ruralidad», la asociación GEA, a los agricultores que practican la biodinámica y al Sol, el rey de los días, y la Luna, reina de las noches.