Diario de León

«Con los electrodos en el cerebro cesaron mis temblores de Parkinson»

Más de 3.000 personas padecen en la provincia la enfermedad de Parkinson, un trastorno neurológico que se manifiesta con alteraciones del movimiento, mentales, del sueño, dolor y otros problemas de salud. La asociación de pacientes de León organiza actividades de concienciación coincidiendo con el Día Internacional que se conmemora el 11 de abril.

Familiares y enfermos de Parkinson en el taller de risoterapia de ayer. MARÍA FUENTES

León

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Un taller de risoterapia impartido por la enfermera Marian García Mata abrió ayer las actividades organizadas por la Asociación de Parkinson de León para conmemorar el Día Internacional de la Enfermedad que celebra el 11 de abril. Alrededor de 3.000 personas están diagnosticadas en la provincia de una enfermedad que se caracteriza por las alteraciones del movimiento, mentales, del sueño, dolor y otros problemas de salud.

«La risa estimula la vibración de las cuerdas vocales y de todo el cuerpo. Se libera dopamina, que es lo que le falta al cerebro en la enfermedad de Parkinson, y además es contagiosa». Al taller asistieron también familiares y cuidadores. La risa, como el resto de las expresiones de la cara, acaba borrándose con el tiempo en los pacientes de una enfermedad que afecta cada vez más a personas más jóvenes. Las actividades que organiza la asociación son una oportunidad para los pacientes y familiares para salir de casa y participar en actividades sociales.

La asociación de León, presidida por Bernardino Prieto, ha ampliado los servicios que ofrece a los pacientes asociados. Además de fisioterapia, psicólogo y el apoyo de una trabajadora social, la asociación ha incorporado tenis de mesa para mejorar el equilibrio y la movilidad. «El Parkinson siempre se ha asociado a gente mayor, pero cada vez hay más gente joven que se acerca a la asociación». Los pacientes echan en falta una estabilidad de especialistas en Neurología que les conozca y lleve su caso. «Cada vez que vas te toca uno diferente, a veces son de reciente incorporación que desconocen la trayectoria de un paciente de veinte años. Ahora se tiende a que sea el mismo neurólogo el que lleva al enfermo».

El Hospital de León tiene habilitada una consulta para pacientes de Parkinson avanzado. Raúl Fernández González, de 64 años, está en ese grupo. Lo han derivado al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para realizarle una operación de implantación de electrodos en el cerebro. «Tenía que haberlo hecho antes, pero lo retrasé porque entonces tenía más calidad de vida. Ya me han hecho todas las pruebas y me han puesto en la lista de espera. Me han dicho que me llamará a para junio o julio». Raúl espera que con la operación le desaparezcan los bloqueos «que hace que me quede paralizado y no pueda ni abrocharme el pantalón».

Los avances de la ciencia y la tecnología permiten a los afectados tener cada vez más opciones terapéuticas a su alcance, además de las pastillas, que tienen efectos secundarios. Una de las operaciones cada vez más utilizadas para aminorar los síntomas, principalmente los movimientos involuntarios que provocan la enfermedad, es la implantación en el cerebro de electrodos de estimulación profunda.

Tomás Celado Álvarez (61 años) se operó hace nueve años en el HUCA. Le detectaron la enfermedad con 50 años. «Vieron que esta operación tenía mejor resultados en la gente más joven y los neurólogos del Hospital de León me propusieron trasladarme. Tras la operación, todos los movimientos involuntarios que tenía desaparecieron en la mesa de operaciones porque yo estaba sedado, pero consciente. Te van preguntando cosas durante la operación, te mandan mover las manos, los pies, los ojos, para ver cómo va todo. La única secuela que me quedó es que me cuesta hablar, pero ya me lo advirtió el cirujano. Ahora tomo un mínimo de medicación, de las ocho pastilla de 150 gramos de antes a las cuatro de 100 gramos de ahora. Los electrodos lo que hacen es aumentar el efecto de la medicación. Ahora salgo de casa, soy una persona independiente y antes no era capaz de sentarme en una silla».

La operación cambio la vida de María Luisa Vergara, que pagó de su bolsillo una intervención privada al negarle el servicio de Neurología del Hospital de León la derivación al HUCA. «Lo único que hacen en León es ajustar la medicación, y cada vez un médico diferente. Mi experiencia no fue buena, por eso busqué al neurocirujano Seijo, el precursor de esta cirugía en la HUCA, ya jubilado de la pública y me operó por lo privado. Me detectaron el Parkinson con 48 años. Ahora tengo 62. En León me metieron en la consulta de Parkinson avanzado y en medio año perdí mucha calidad de vida. ¿Qué futuro me esperaba?. Me jubilaron con una discapacidad, tenía depresión y ansiedad. Me decían que con una depresión era contraproducente la operación. Hace tres meses que me operé y voy cada poco a revisiones para que me ajusten los electrodos. Al principio me costaba caminar con la pierna derecha, pero ahora eso ha desaparecido. El equipo que me operó en la consulta privada del doctor Siejo es estupendo, en especial la neurocirujana René Ribacoba, utilizan la última tecnología». María Luisa participó ayer en el taller de risoterapia cargada de energía. «Antes tomada pastillas que costaban casi mil euros al mes, ahora no llega a 200 euros. He tenido que pedir un préstamos para operarme y la Seguridad Social se ahorra dinero en medicamentos».

Familiares y pacientes de Parkinson, en el taller de risoterapia, ayer.

Parkinson León cuenta con 170 asociados, de los que 82 son enfermos y el resto familiares. Hoy, a las 12.30 horas, organiza una plantación de tulipanes y lectura del manifiesto en C/ Cantos Góticos, junto a la sede de la asociación en las dependencias del CHF.

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Acto para hoy

Hoy a las 12.30, plantación tulipanes y lectura de manifiesto junto a la sede en el CHF
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