POBLACIÓN VULNERABLE
Las Hijas de la Caridad abren dos pisos en León para personas sin hogar
La Familia Vicenciana reabre un centro a familias con hijos hasta que inician los trámites de asilo político
La Familia Vicenciana de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl acaba de abrir dos pisos de un centro de la comunidad cerrado hace tiempo para atender a tres familias con hijos procedentes de Venezuela y México. El proyecto «13 casas» es una iniciativa que funciona ya en otras provincias de España y que ahora se implanta en León para dar una solución a las familias con hijos que llegan a España como turistas procedentes de países en conflicto y que se quedan en la calle sin dinero y sin trabajo.
En los dos pisos viven ahora tres familias con seis menores de edad, dos venezolanas y una mexicana, «rescatadas» de la calle por la comunidad venezolana que acaba de poner en marcha una nueva asociación. Sor Isabel, directora del comedor de Asleca (Asociación Leonesa de Caridad), asegura que se decidieron a reabrir estos dos pisos, destinados a familias con hijos, «ante la necesidad que hemos visto que hay de personas procedentes de Venezuela».
Apoyo de los venezolanos
A las puertas del comedor social llamaron insistentemente los responsables de la recién fundada Asociación de Venezolanos en León, una red que da apoyo a las familias que llegan a León como turistas y que cuando se quedan sin dinero terminan en la calle. En los pisos pueden estar hasta que inician los trámites para pedir refugio y asilo político. «Cuando empieza la tramitación ya hay otros programas que llevan otras organizaciones como Accem, Cruz Roja o San Juan de Dios que «tienen unos programas que funcionan muy bien para las familias que solicitan asilo», explica Sor Isabel
La insistencia del presidente de la Asociación de Venezolanos en León, Tirso Alfonso, movilizó a las Hijas de la Caridad de León, que decidieron para abrir los pisos hace dos semanas y poner en marcha en León el proyecto «13 casas» que funciona en todo el mundo. Sor Isabel recuerda que este proyecto es el elegido por el Papa en Siria como uno de sus «gestos concretos de caridad» para el Año Jubilar.
Durante la misa celebrada por el papa Francisco en la Jornada Mundial de los Pobres, el Pontífice mostró su apoyo a esta iniciativa de la Familia Vicenciana que se puso en marcha en el 2018 y fijó como objetivo atender a más de 10.000 personas en esta situación de calle en 70 países. Su objetivo es movilizar a las comunidades de todo el mundo para ofrecer soluciones sostenibles de vivienda y autosuficiencia para este colectivo, empezando por trece países, hasta noviembre de 2025.
En dos pisos viven actualmente tres familias con seis niños pequeños con edades comprendidas entre los 4 y los 11 años «que están en una situación de punto muerto, en la calle, hasta que inicien los trámites para la acogida internacional. Vinieron como turistas», explica Sor Isabel. Los dos pisos están comunicados y las familias llevan una vida independiente. «Se les suben los alimentos y cocinan ellos. Tienen que compartir espacios». Los alimentos proceden del comedor social de Asleca.
«Están llegando muchas familias que se quedan en esa situación. Tenemos en espera a algunas de ellas, pero la comunidad venezolana se dan apoyo entre ellos para que no se queden en la calle», asegura Sor Isabel.
Tirso Alfonso, al frente de la asociación de venezolanos, asegura que trabajan para que nadie se quede en la calle. «Prestamos ayuda a los venezolanos, pero en este caso también a una familia de México que se encontraba en esa misma situación».
En el comedor de Asleca se reparten 301 servicios al día entre desayunos, comidas y cenas. Las Hijas de la Caridad y el personal voluntario ponen tres lavadoras diarias con un centenar de prendas no solo de las personas que llegan al centro para ducharse y cambiarse de ropa, sino de los usuarios del albergue municipal. Las tres comidas, las duchas, el lavado de ropa y la peluquería cuesta a los usuarios dos euros al día. Por el centro de día, una estancia contigua al comedor, pasan todos los días una media de cuarenta personas. Además, Asleca gestiona un centro de acogida para mujeres víctimas de violencia de género en que ahora viven cuatro mujeres, dos de ellas embarazados, y cinco menores.
El presidente, Félix Llorente, asegura que en diciembre están notando un incremento de personas que acude al comedor social y vuelve a insistir en la necesidad de apoyos económicos para mantener un servicio cada vez más necesario. «Que sepa León la labor que hacemos, aquí se da de comer a mucha gente», asegura.
Necesitan apoyo económico
Al tiempo que aumenta personas en el comedor disminuyen los recursos económicos. «Contamos con el apoyo de empresas y administraciones, aunque los socios mayores de edad desaparecen». Desde la junta directiva recuerdan que los donativos tienen desgravaciones fiscales que van desde el 40% al 80%, según sean las cantidades y si es la primera o sucesivas veces que se dona. «Nunca pensé que pudiéramos llegar a casi 130 comidas al día», asegura Llorente.