Diario de León

TRADICIÓN ANCESTRAL

Las mascaradas de invierno, en La Cuesta

Los Campaneros salen esta tarde y el domingo por la mañana en el pueblo cabreirés con la fiesta de ‘Santu Tisu’

La sala dedicada a las Mascaradas en Valdavido. GAITERO

Ana Gaitero
León

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El pueblo cabreirés de La Cuesta, en el término municipal de Truchas, es el escenario, este sábado, de una de las mascaradas de invierno más puntuales de esta tradición ancestral en la provincia. Los Campaneiros, una celebración que gozó de gran popularidad en Cabrera bajo cualquiera de sus nombres, remixacos, tamaracos, mantarracos, campanones, farramacos... vuelven a recorrer las calles de este pueblo de Cabrera Alta a partir de las seis de la tarde, según informa el Instituto de Estudios Cabreireses (IEC).

Posteriormente se quemará «L’añu vieyu», un monigote que representa el cambio de ciclo al arder. Después de la quema, será el momento de la música a cargo de la bandina Perrofláutica, finalizando todos juntos con un seranu. El domingo, después de misa, volverán a salir los Campaneiros acompañados de un tamboriteiro y de bollos preñaos y vino que se repartirán a la entrada de la iglesia.

La recuperación de esta tradición, que se celebra coincidiendo con ‘Santu Tisu’, fue una realidad gracias a los testimonios de los más mayores y al trabajo de la asociación, que ha escuchado a aquellos que más saben de lo de antaño.Según Ludivina González, Joaquina Miguélez y Ludivina San Roman, mujeres que todavía vivieron la mascarada, los Campaneiros en La Cuesta se celebraban en Navidad y eran encarnados por los mozos del pueblo que vestidos con las máscaras perseguían a los rapaces y pedían el aguinaldo.

Los Campaneiros se cubrían los cuerpos con pieles y para la cara y la cabeza se fabricaban caretas con apariencia de animales, «con grandes dentarrones». En ocasiones también se ponían cuernos o varas de madera, que tallaban los chavales, para representar al ganado.

«La iglesia, que no era amiga de estas tradiciones, obligó a cambiar la fecha de la fiesta, que pasó a celebrarse en carnaval bajo el nombre de Trapisacos», apunta Iván Martínez Lobo, miembro de la Federación de Antruejos del Reino de León y secretario de la Academia de la Máscara Ibérica.

«Muchos se tapaban la cara y otros se vestían con las peores vestiduras. Fue entonces, con la teatralización de la tradición cuando aparecieron más personajes: la vieya, el toro, los galanes y la señorita que picaba al toro», añade la nota del experto.

No fue hasta el año pasado cuando se recuperaron los trajes acorde a la tradición gracias a una subvención de la Diputación provincial y a la investigación realizada por la asociación. Esta indumentaria incorpora diferentes máscaras o carochas de los pueblos cercanos para hacer una representación de todas las mascaradas de la comarca cabreiresa.

En Valdavido hay una exposición de las Mascaradas de Cabrera en el Centro de Cultura Tradicional de La Cabrera, a raíz de una colaboración entre el IEC y este centro liderado por Nati Villoldo. El centro de Valdavido cuenta con una sala dedicada a Concha Casado y se trabaja en su ampliación con dos nuevos espacios, uno dedicado a los pintores de Cabrera Severino Carbajo y Pilar Ortega y otro a la artesanía textil.

La asociación Trimuella ha recuperado esta tradición con información de vecinas del pueblo y desde el año pasado con la indumentaria propia

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