Aznar admite que España está lejos de la división científica mundial

Con sus instalaciones ultramodernas y la conjunción de disciplinas científicas -física, química, matemática, geología, antropología, robótica, informática- que se desarrollan entre sus paredes, el CAB, ubicado en el campus del Instituto de Técnicas Aeroespaciales (INTA) en Torrejón de Ardoz (Madrid), encarna una apuesta puntera de la ciencia española y un ejemplo de la «excelencia» investigadora que debe perseguir el sistema español de I+D. A su paso por el Centro de Astrobiología, Aznar reconoció que, por ahora, los deseos van por delante de la realidad. «España aspira a formar parte, y debe hacerlo, del grupo de países más prósperos y fuertes de Europa y del mundo» en desarrollo científico, pero -añadió- «estamos lejos de donde queremos estar». Faltan inversiones, gasto público y privado en el desarrollo de ciencia básica y aplicada como único medio de garantizar conocimiento, bienestar e independencia a la sociedad española. España sigue anclada en el 0''9% del PIB en inversión en I+D, frente al 2% de la media comunitaria, sin que por ahora se perciba el salto adelante que reclaman científicos, agentes sociales y el conjunto de la ciudadanía. «Sabemos que pretender recorrer ese camino en tiempo muy corto no es realista», advirtió, pero «el Gobierno va a seguir reforzando esta apuesta». De momento, el CAB «tendrá garantizados» los medios necesarios, las tecnologías más modernas, para desarrollar su labor. «España necesita más centros de vanguardia», señaló antes de anunciar la pronta inauguración del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), dirigido por Mariano Barbacid, y el Centro de Investigaciones Cardiológicas. Aznar recorrió las instalaciones del Centro, que funciona desde septiembre pasado, acompañado de los ministros FedericoTrillo y Josep Piqué. En su desarrollo y puesta en funcionamiento se han invertido hasta ahora 20 millones de euros. El CAB debe mucho al empeño de un hombre, su director Juan Pérez Mercader.