Blanco y negro para Chanel

Piezas clave del nuevo traje de chaqueta Chanel, sea de tweed agrisado, rosado o negro y blanco, serán los calentadores, de punto o de cuero, casi siempre negros. Podrán llevarse sobre sandalias de tacón muy alto y empeine adornado, o liberar levemente el tobillo y los muslos entre unos botines blancos y una minifalda de cuero negro visible sobre minifalda de tweed. En otras ocasiones, esta media que no es tal se esconderá en botas altas terminadas en la rodilla con un estrecho cinturón de cuero, pero seguirá dejando visibles los muslos y, a veces, algo más. Sí, las minifaldas creadas por el modisto alemán Karl Lagerfeld para Chanel podrán ser muy muy cortas el invierno que viene, dulcificadas en ciertos conjuntos por la aparición de una combinación de puntillas negras bajo el tweed. Como ya hiciera con el baño para la temporada estival, Lagerfeld pensó en las amantes del deporte y dedicó algunos de sus modelos a la práctica del esquí y decenas de pares de manoplas blancas de conejo a adornar sus diseños. Las fiestas de la nieve serán para chalecos de piel de cocodrilo verde oscuro o marrón, sobre grandes faldas de seda o tul bordadas de lentejuelas. En ausencia de minifaldas, serán los brazos, los que busquen protección contra el frío en calentadores negros o blancos. Pantalones, estrechos o anchos, éstos acampanados y adornados con incrustaciones de botones en los bajos y en las caderas y, sobre todo, ''shorts'', de lentejuelas y de tamaños mínimos, formarán también parte del guardarropa invernal de Chanel. Cuellos de conejo blanco sobre jerséis de mohair, collares de perlas, de cadenas doradas, construidas con pequeños eslabones, y plateadas, de grandes dimensiones, flores, redecillas y viseras acharoladas completarán la visión romántica, osada y diferente de Lagerfeld. Vital será igualmente la minifalda de Castelbajac, cuya visión invernal 2004 llenó ayer la pasarela de naranjas, rojos, amarillos, rosas, azules y cuadros escoceses. Todo un contraste con el negro tan abundante estos días en las colecciones de París, no sólo en Chanel sino en muchos de sus colegas, como Alber Elbaz, quien ayer mostró sus ideas para la histórica firma Lanvin, cedida en julio del 2001 por L''Oreal a un grupo de inversores.