La realeza europea las prefiere plebeyas
El Príncipe Haakon de Noruega rompió moldes y se casó el 25 de agosto de 2001 con Mette-Marit, una joven de pasado "alocado" y madre de un niño.
La hermana de Haakon, Marta Luisa de Noruega, tuvo que ceder parte de sus privilegios para contraer matrimonio con el escritor Ari Behn, que apareció en una revista rodeado de prostitutas.
La consorte de Guillermo de Holanda es la argentina Máxima Zorreguieta. Aunque se ha ganado a su pueblo, el noviazgo fue polémico porque padre fue ministro de la dictadura de Jorge Videla.
Federico de Dinamarca y la abogada australiana Elisabeth (May)Donaldson contraerán matrimonio el 14 de mayo de 2004.
La boda entre Manuel Filiberto de Saboya y la actriz francesa Clotilde Courau, el pasado 25 septiembre se celebró sin la presencia de representantes de la realeza.
Johan Friso, segundo en la línea sucesoria de Holanda, ha renunciado a sus derechos para contraer matrimonio con Mabel Wisse Smit, a la que se relacionó con un narcotraficante.
El príncipe Felipe de Bélgica se casó en 1999 con Matilde, también plebeya, que será la primera belga que reinará en su país.
La boda en 1981 de los Grandes Duques Enrique de Luxemburgo y María Teresa, próximos a la generación del Príncipe de Asturias, marcó un cambio en su país.
Victoria de Suecia, heredera al trono de su país, mantiene una relación con Daniel Westling, de treinta años.
Sólo Alberto de Mónaco, de entre los herederos, permanece soltero. Aunque se le han atribuido numerosos romances, nunca ha formalizado su compromiso.
Uno de los primeros en debatirse entre el amor y la sangre fue Rainiero de Mónaco que prefirió la actriz Grace Kelly a las nobles de su entorno.
La elección de una esposa de sangre azul no es garantía de éxito. Lo sucedido en Inglaterra es un ejemplo. Camila Parker-Bowles, después de grandes escándalos es actual compañera de Carlos.
Sonia de Noruega no ha olvidado su origen burgués y siempre ha sido la principal defensora del noviazgo entre su hijo Haakon y Mette-Marit.
