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Un pastor alemán en el?banquillo

Un policía utiliza un perro para detectar explosivos en el metro de Nueva York

Un policía utiliza un perro para detectar explosivos en el metro de Nueva York

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Joaquín Fernández - nueva york
León

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El juicio que enfrenta al Gobierno de Estados Unidos contra Russell Lee Ebersole está repleto de personajes de lo más variopintos, pero lo más curioso es que el testigo principal de la acusación sea un pastor alemán llamado Peace (Paz en inglés). El Gobierno asegura que Peace tiene serias dificultades para reconocer el olor a explosivos, algo realmente problemático para un perro cuya misión es precisamente esa: detectar la presencia de bombas en los edificios oficiales. Las autoridades acusan a Ebersole, un entrenador de perros que reside en el este de Estados Unidos, de aprovecharse del clima de inseguridad que vivió el país justo después de los atentados del 11 de septiembre y venderles decenas de perros incapaces de cumplir con su tarea. En el juicio que inició este lunes, Ebersole está acusado de timar al Gobierno por más de 700.000 dólares y de poner en peligro las vidas de miles de funcionarios públicos cuyos lugares de trabajo estaban supuestamente protegidos por los canes en cuestión. Ahora se enfrenta a cinco años de cárcel y una multa de más de 1,5 millones de dólares. El entrenador se ha declarado inocente y dice que las acusaciones son fruto de la envidia de la competencia, pero la verdad es que no parece fácil que vaya a demostrar su inocencia. Prueba secreta El Gobierno, que comenzó a sospechar de la incapacidad de los perros después de recibir varias llamadas anónimas que aseguraban que Ebersole les estaba timando, realizó una «prueba secreta» el 4 de abril del 2002. De este modo, detectives privados contratados por las autoridades se disfrazaron de obreros y condujeron tres vehículos a varios edificios de la Reserva Federal. Cada camioneta contenía 25 kilos de dinamita, otros 25 de TNT y ocho kilos de explosivo plástico C-4, y los perros de Ebersole no se dieron por enterados, por lo que en todos los casos se permitió el paso a los vehículos. Pruebas similares fueron realizadas en otras oficinas del Gobierno y en todas los perros fueron incapaces de detectar la presencia de explosivos. Ebersole asegura que los perros no pasaron las pruebas porque «estaban cansados» y ha reiterado que demostrará su valía durante el juicio. Y ahí es cuando se pedirá que el perro Peace haga su aparición estelar en el juzgado y testifique con sus buenas -o malas- artes. Las habilidades que el perro será capaz de demostrar durante el juicio con su olfato se revelarán cruciales para desactivar la bomba de relojería sobre la que ahora está sentado su maltrecho entrenador.

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