Diario de León

EL AULLIDO

De cortos por Astorga

Publicado por
LUIS ARTIGUE
León

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UN CORTOMETRAJE es un cóctel donde se mezclan talento, novedad y futuro. En el mercado cinematográfico español, tan poco accesible para los directores noveles, la carta de presentación lo constituye un corto sorprendente y de buena factura que, además, tenga suerte. Creadores de cine ya consolidados como Alejandro Amenábar, Alex de la Iglesia o Julio Médem recibieron la confianza de un productor porque antes éste vio su primer corto, su pequeña gran obra económicamente condenada a producir pérdidas, su iniciático y utópico frasco de esencias. Por eso la apuesta anual que el Ayuntamiento de Astorga realiza para promocionar y premiar los mejores cortometrajes que, cada temporada, se realizan en el cine español, no sólo constituye un elogio idealista y cabal del séptimo arte sino, además, una apuesta por lo más joven, arriesgado, desprotegido y necesitado de apoyo que hay dentro de esa fábrica de sueños y pesadillas que es el cine. Está teniendo lugar de nuevo el Festival de Cortos de Astorga: no se lo pierdan. No deja de sorprendernos siempre el programa, pero en esta ocasión dan ganas de preguntar a la organización cómo lo consigue. Asistirán a la capital maragata Francisco Ayala, uno de nuestros grandes novelistas, Premio Nacional de Literatura, Premio Cervantes y eterno candidato a Premio Nobel, y también José Luis Cuerda, un clásico moderno, autor de alguna obra maestra como Amanece que no es poco y cuya última película, La lengua de las mariposas , será proyectada en el Cine Velasco. Además habrá actores, guionistas, directores y público ante la pantalla disfrutando de las proyecciones programadas. Entre las películas que se pasan -todas con un cuidado mensaje humanista, todas difíciles de ver en pantalla grande, unas inéditas y otras antiguas pero de gran actualidad- destaca el ciclo de nuevo cine alemán con títulos como El amigo americano , El puente y Gato y ratón , entre otros. Luego está el buen nivel de los cortos a concurso. Y también llama la atención que ocupen un espacio tres videos rodados por alumnos y profesores de institutos de la provincia; sin duda demostrando así la organización que sigue siendo fiel a la vocación de incentivar inquietudes de la que ha hecho gala desde el inicio. Todos los films que se exhiben este año encierran, creo ver, sino un mensaje claramente antibelicista, sí un toque pretendidamente humano que resulta muy oportuno en estos tiempos tan imperialistas y gallitos que nos toca vivir. Igualmente eso nos recuerda que en el cine, como en la política, está lo mejor y lo peor de nosotros. Que hay mediocridad y panfletismo disuasorio en esa industria, como lo ha habido siempre en la política, pero también queda un hueco en ambas dimensiones para la sinceridad y el compromiso. Y es que tal y como va la realidad -que, por cierto, no es un sinónimo de la actualidad- necesitamos la política limpia y necesitamos el buen cine, aunque lo que prime sea la poltrona clientelista que cambia de rostro -no de manos- y los telefilms de serie B. Tiene razón el señor presidente del Gobierno: si Arnold Schwarzenegger ya es candidato, ¿por qué no Mariano Rajoy?... Parafraseando el título de aquella horrenda película -éxito en España, cómo no- la reciente resolución de la quiniela trucada de la sucesión nos anuncia que estamos en Año Mariano. Pero aunque la política y el cine, como la política y la ficción, pudieran confundirse preferimos el buen cine; preferimos lo de Astorga. Tiene este festival algo de eso que se hace sin saber muy bien cómo, pero teniendo claro para qué. Tiene mucho trabajo, sin duda, y también mucha ilusión y por eso el público celebra el hecho de que este pequeño gran evento prosiga, que crezca en repercusión e iniciativas y se haya hecho ya insustituible en los comienzos de temporada culturales de la provincia de León. Ojalá tuviera más fondos, desde luego, aunque no deja de sorprendernos como con sus limitados recursos consiguen cada año el milagro de las Bodas de Canaán: convertir el agua en vino y la Coca cola en Pepsi. Ánimo.

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