Diario de León

El Pontífice concluyó su gira por Eslovaquia con una ceremonia ante casi 300.000 personas

El delicado estado de salud del Papa hace temer que sea su último viaje

Juan Pablo II beatificó ayer a dos católicos, víctimas de persecuciones comunistas

El Papa, durante la ceremonia de beatificación en Bratislava

El Papa, durante la ceremonia de beatificación en Bratislava

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colpisa | bratislava

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La difícil visita a Eslovaquia del Papa Juan Pablo II, afectado por la enfermedad de Parkinson, ha aumentado los temores de algunos de sus próximos colaboradores que piensan que se trata del último viaje que realiza el Sumo Pontífice fuera de Italia. Pero a pesar de su delicado estado de salud, el Papa pudo concluir el domingo ante 300.000 fieles su visita a Eslovaquia, donde beatificó en una multitudinaria misa en Bratislava a dos figuras del catolicismo eslovaco víctimas de las persecuciones comunistas. «Es difícil decir si el Papa volverá a viajar», reconoció el cardenal eslovaco Jozef Tomko, quien lo acompañó durante los cuatro días de visita pastoral del pasado jueves a ayer. «Estamos todos en manos de Dios», declaró. El viaje era considerado como una prueba para saber si Juan Pablo II, de 83 años de edad, podrá todavía realizar nuevos viajes fuera de Italia, después de 102 visitas por todo el mundo. El Papa ya fue invitado el año próximo a visitar Francia, Austria, Suiza y por novena vez Polonia. Debido a la fatiga mostrada y a las dificultades físicas evidenciadas por el Papa, los pronósticos no son muy alentadores. Siempre dispuesto a minimizar todo lo concerniente a la salud del Sumo Pontífice, el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, afirmó que no ve obstáculo alguno para que Juan Pablo II no pueda realizar más viajes. Pero el Papa no pudo ocultar hasta qué punto su enfermedad lo hace dependiente y frágil, reduciéndolo a viajar como un verdadero icono vivo. Desde su llegada a Bratislava, miles de fieles emocionados pudieron constatar su sufrimiento, sus temblores incesantes y sus dificultades para articular las palabras. Delicado Por primera vez, Juan Pablo II no pudo terminar su corto discurso de llegada al aeropuerto. Por la tarde, en la catedral de Trnava, tuvo que ser transportado rápidamente hacia la sacristía por los asistentes inquietos. Navarro Valls afirmó que no se le proporcionó allí ningún tratamiento médico. Sin embargo, imágenes de la televisión estadounidense mostraron a los agentes de seguridad eslovaca con una botella de oxígeno, aparatos médicos y una maleta de auxilios de urgencia. Paciente difícil, fuentes eclesiásticas informadas afirman que a veces se niega a tomar analgésicos que pueden reducir el dolor, lo que se refleja claramente en su rostro dolorido. Además, el Papa no respeta tampoco los plazos cada vez más cortos del tratamiento prescrito por los médicos para controlar los efectos de la enfermedad de Parkinson. Quiere evitar así los efectos colaterales del tratamiento cuando preside una ceremonia, añadió la fuente. Un neurólogo cercano al Vaticano comentó que «un hombre de su edad y en esas condiciones no debería viajar».

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